Cap.30

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Pasaron unos meses y Niall llamaba cada semana y le contaba como habían sido los conciertos y lo que habían hecho. El verano acabó, septiembre llegó, y más tarde, el frío invierno. ____ comenzó el segundo año de universidad junto a Elliot quién parecía muy feliz con su novia. ____ la había conocido unas semanas después de que empezaran a salir, era alta, con el pelo rizado de color bronce y unos grandes ojos grises.

-¿Estás nerviosa?- preguntó Elliot, siempre vestía con un jersey, ese día era azul oscuro. Llevaba también unos vaqueros negros con deportivas oscuras.

-¿Por lo de esta noche?- dijo enrollando los puños en su sudadera blanca, llevaba unos vaqueros y unas botas con algo de tacón. Ambos caminaban por el pasillo en dirección a su próxima clase, aunque la del chico era más lejos que la suya.

-Sí, ¿a qué hora llega?

-Sobre las 9:00- ____ no apartó la vista del suelo.

-¿Estás bien?- Elliot se paró en medio del pasillo haciendo que los que caminaban por detrás le esquivaran con dificultad mientras recordaban  con poco cariño a la madre del chico. ____ asintió y desvió la conversación.

-¿Quedamos para cenar antes de ir al aeropuerto?

-Sí, claro, nos vemos a la hora de la salida- se despidió y siguió caminando hasta su clase. ____ entró en la suya y tomó asiento.

¿Qué demonios la pasaba? Había estado esperando ese día todos esos meses. Rezaba por que aquel día de diciembre llegara cuanto antes. Y ahora, que estaba a unas horas de volver a ver a Niall tran un largo tiempo, deseaba que su vuelo se cancelara y le obligaran a volver otro día. Por alguna extraña razón no se sentía preparada para verle. El había estado en muchas fiestas, había conocido mucha gente interesante, había hecho nuevos amigos y había tocado en estadios por todo el mundo para millones de personas. Y ella había pasado el verano yendo a por batidos con Elliot por las tardes y comiendo y cenando con Donnie, Nick y su hija. Lo más interesante que había hecho era probablemente el viaje a Irlanda con Niall e ir al centro comercial los sábados con Donnie. Sentía que claramente no estaba a la altura y que él se podría decepcionar y aburrir una vez se quede con ella.
Le dio vueltas a eso hasta que la última clase terminó, salió fuera del edificio y bajó las escaleras de la entrada donde Elliot la esperaba sentado al final de ellas.

-¿Lo de siempre? ¿Batido y pastel?- dijo en forma de saludo.

-Sí por favor, necesito un buen vaso de leche y fresa- Elliot sonrió animado y la llevó a la cafetería a la que iban todas las tardes. Se sentaron en una mesa al fondo del local tras pedir sus batidos.

-Oye, no quiero que tu novia piense que pasas demasiado tiempo conmigo, no pretendo robarle el novio- dijo y dio un sorbo a su pajita sin apartar los ojos de Elliot que se había echado a reir.

-Tranquila ella lo sabe, algunas tardes las paso contigo pero las noches son suyas- dijo en tono pícaro y ____ le lanzó una pelota hecha con la servilleta a la cara -parece que estás mas animada que esta mañana.

-Bueno, no del todo animada...

-Piensa que lo que necesitas son los mimos de Niall y esta noche tendrás todos los que necesites- dijo riéndose de ella.

-No es eso- dijo seria parando su burla. Elliot frunció el ceño y la miró fijamente.

-Algo me dice que no estás emocionada por su llegada. ¿Acaso no tienes ganas de verle?

-Claro que sí pero...- guardó silencio unos segundos.

-¿Pero qué?

-La vida de Niall no se parece a la mía, es más aburrida, y tengo miedo de que se de cuenta y decida buscarse a alguien más interesante.

Cuando las luces se apagan...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora