La vuelta de Jane Potter [2]

Cap. 3

—Te has cortado, ¿Estás bien? —Me preguntó James e hice curarse la pequeña herida con un hechizo no verbal.

—Sí, no ha sido nada.

—¿Cómo has hecho eso? —Preguntó sorprendido.

—Mi madre me enseñó. —Molly sabía mucho sobre magia sanadora y por esos tiempos insistió en que aprendiese.

Antes de que hiciera más preguntas acabé la poción.

—No va a evitar que se transforme, pero estará consciente de sus acciones y no se hará daño.

—¿Cómo no sabíamos de esta poción?

¿Y ahora qué digo?

—La creó un conocido mío, la sacarán en unos años, mi padrino la usaba.

—¿Cómo sé que no es veneno?

Lo miré enfadada, aunque él no lo sepa, que mi padre no se fíe de mí, duele.

Dejé la poción en la mesa.

—¡Pues no se la des si no quieres!

Me fui de el aula de pociones y me dirigí a mi habitación de mal humor.

Abrí la puerta, vi una almohada venir hacia mí y la esquivé.

—Qué gran bienvenida... —Dije con ironía entrando en la habitación y dejando mi bandolera en mi baúl.

—Ha sido sin querer, no iba para ti. —Dijo una rubia, creo que la misma que me había llevado al comedor, estaban en medio de una pelea de almohadas.

La ignoré, me puse el pijama y me eché a la cama.

Alguien se sentó en mi cama.

—Jane, ¿Qué te pasa? —Giré la cabeza y vi a Lily.

—No estoy de humor. —Dije más triste que enfadada.

—¿Qué ha pasado? —Dijo preocupada.

—No quiero hablar de ello. —Lily lo entendió y se fue a dormir también.

—¡¡Hermione!! ¡¡Déjala!! —Gritaba mientras veía como Bellatrix la agarraba para torturarla, sus gritos, su cara de dolor me dolía a mi también.

Me desperté hiperventilando. Eran las 4 de la mañana y me levanté de la cama, de algo estaba segura, esa noche ya no podría dormir.

Bajé a la sala común ya vestida con mi bandolera y me senté en el sofá.

Cuando torturaron a Hermione en parte me recordó a cuando nos torturaron a Zack, Iris y a mí.

Desde ese día no me atreví a quitarme las vendas de los brazos, lo que me escribió a mí no era un insulto como traidor de sangre.