Cap. 8

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Me desperté con mucha energía y empecé a gritar.

—¡¡El último que baje se queda sin tortitas!! —Grité bajando de la litera y los demás se levantaron corriendo.

Bajé las escaleras, escondí las tortitas y me transformé en Euphemia.

Vi a los chicos bajar y sentarse.

—Hoy no he hecho tortitas, creo que ya sois mayores para comer tanto dulce.

—¿¡Qué!? ¡¡Pero si son nuestras favoritas!! —Se quejó James.

Después llegó la verdadera Euphemia y se puso de brazos cruzados.

—Jane os está tomando el pelo, las ha escondido en la cocina. —Dijo y me transformé en mí.

Las trajo a la mesa y las devoramos.

—¡Ahora los regalos! —Gritó Sirius.

No me acordaba que era Navidad, me senté en el sofá con mis abuelos esperando que abriesen sus regalos.

—¿No abres los tuyos? —Me preguntó Flemont.

—¿Tengo regalos? —Pregunté extrañada.

—Claro que sí. —Me dijo Euphemia con deje de tristeza.

Vi algunos con mi nombre, miré a mis abuelos.

—¿Puedo abrirlos? —Dije dudosa, hacía mucho tiempo que no recibía regalos y no esperaba recibirlos aquí.

—¡Claro! —Me respondió James.

Empecé a abrirlos y me encontré con un libro de encantamientos (Lily) unas deportivas (James) un pijama (Euphemia y Flemont) un termo con la frase "Only in the dark you can see the stars shine* (Remus) caramelos de limón (Dumbledore) y una cazadora de cuero (Sirius).

—¿Y esto? —Preguntó mi abuela mostrando un jersey con su inicial, después todos empezaron a sacar los suyos, me daba un poco de vergüenza ya que los había hecho yo. —Es precioso Jane. —Me miró muy contenta y los demás se lo pusieron encima.

—Y calentitos. —Dijo James abrazando su jersey ya puesto.

—Mi madre los hacía cada Navidad para mis hermanos y para mí. —Dije sonriendo en mis adentros.

—Entonces los esperaremos con ansias para la siguiente Navidad. —Dijo mi abuelo sonriendo.

Sonreí al pensar en eso pero también pensaba en que volvería a pasar más navidades sin Harry.

Los días pasaron y ya era hora de volver a Hogwarts.

—¿Tenéis todo? —Nos preguntó Euphemia por quinta vez.

—Sí, mamá. —Respondimos James y yo al unísono. Nos miramos y nos reímos.

—Eres como la hija que nunca tuve. —Me dijo mi abuela con ternura.

Nos subimos al tren y nos reunimos con los demás, enseguida entró Lily.

—Me llevó a Jane, la habéis tenido todas las vacaciones. —Dijo eso y se me llevó con las chicas.

—¿Qué tal las vacaciones Jane? —Me preguntó Marlene.

—Divertidas. ¿Y vosotras? —Les dije y me estuvieron contando lo que habían hecho en las vacaciones, al llegar tenía un hambre...

Llegamos a Hogwarts a la hora de la cena.

—Tampoco te hemos hecho pasar hambre. —Dijo James al verme devorar la comida.

—Querrás decir que tus padres no me hacían pasar hambre, tú no me cocinas. —Le respondí.

—A la próxima cocino yo. —Dijo con una sonrisa.

—No no, que me envenenas. —Dije asustada.

La cena pasó entre risas hasta que Albus pasó por nuestro lado.

—Después de cenar ven a mi despacho. —Me soltó.

—Ya te has metido otra vez en problemas. —Dijo Sirius.

Cogí una manzana y me la metí a la boca.

—Hhuenoo ghvofy ghllfiendo. —Dije como pude.

—¿Traductor? —Preguntó Mary.

—Ha dicho bueno voy llendo. —Respondió Remus, le hice un gesto afirmativo y me fui.

Llegué al despacho de Albus y llamé.

—Entra. —Respondió.

Entré y me senté.

—Acábate la manzana primero. —Dijo con una sonrisa.

Me acabé la manzana a mi ritmo.

—¿Qué tal las vacaciones? —Me preguntó.

—Genial, tenía miedo de al llegar aquí no tener una familia, pero entre los chicos, mis abuelos y tú estoy contenta.

—Me alegro, ¿Y yo? —Preguntó.

—Tú eres el yayo. —Dije y soltó una risa.

—Cómo ya descubriste tu misión es salvar a todo el que puedas, ¿Quién es el primero?

—Tenemos tiempo, los primeros son James y Lily, de momento quiero seguir en busca de los horrocruxes.

—¿Horrocruxes? —Me preguntó Albus serio.

—Cierto, no te lo he contado, Voldemort ha creado Horrocruxes, en concreto 7 o creará aún no lo sé, y sé dónde estarán pero para eso debe pasar el tiempo.

Él se quedó petrificado pero luego pasó a estar pensativo.

—Pero ambos deberíamos ir haciendo algo, por lo menos quitarnos los que lleva creados, estoy muy seguro de que con tu ayuda podemos salvar más vidas de las que has visto, te llamaré si se me ocurre algo, buenas noches.

Me levanté y me fui a mi habitación, me encontré con Lily aún despierta.

—Los chicos te estaban buscando. —Me dijo nada más entrar.

—¿Por qué? Sabían que estaba en el despacho de Albus. —Pregunté extrañada.

—Llevas casi cuatro horas, daban por hecho que habías salido ya, además no parecían de buen humor, sobretodo Potter.

Me extrañé, ya hablaría con ellos mañana.

Estuvimos hablando hasta que se durmió, saqué mi diario y continué los preparativos.

Lily me despertó y fuimos a desayunar.

—Que raro que hoy no te hayas levantado a correr. —Me dijo ya en la mesa.

Cogí un bollo, la verdad es que me desvelé bastante tiempo, apenas dormí 5 horas.

—¡¡Jane!! —Oí un grito de lejos, era James, estaba furioso y tenía unas ojeras enormes, más grandes que las mías, detrás de él, Sirius que también me miraba enfadado y Remus muy serio. Me había metido en un buen lío.

Me salí afuera del comedor y me siguieron, por lo menos así no armaban tanto escándalo.

—Uy Uy... ¿Qué he hecho esta vez? —Pregunté en broma pero ni mostraron ningún índice de sonrisa y ahí cambié a un semblante más serio. —¿Qué está pasando?

James fue el primero en hablar.

—No lo sé, dínoslo tú, Jane Kennedy, o mejor dicho Jane Potter.

Mi cara se puso blanca.

—¿De qué estáis hablando? —Dije haciéndome la tonta, no había forma de que supieran quien soy... Esto es grave, mi corazón latía a mil por minuto y empecé a sudar.

De la mochila sacaron el mapa del merodeador, seguía blanca, me empecé a alejar hacia atrás pero vieron mis intenciones y me acorralaron.

La vuelta de Jane Potter [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora