Cap. 7

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Pasaron los días y vino Remus a pasar el resto de las navidades con nosotros.

James me presumía como su hermana, Sirius, James y yo nos pusimos a jugar al Quidditch como podíamos, después de un rato dejé a Sirius y a James haciendo carreras y me acerqué a Remus que tenía un libro de DCAO... 

—Uf...dementores...

Remus se sobresaltó y me miró avergonzado.

—¿Sabes sobre ellos? —Me preguntó sorprendido.

—Claro, son seres que vigilan Azkaban, son capaces de quitar la alegría, si hay demasiados crean un bajón de temperatura, no saben razonar y el beso del dementor que es un castigo para los presos, te quita el alma dejando tu cuerpo vacío.

Remus estaba sorprendido por la cantidad de información que sabía, me revolví el pelo orgullosa.

—¿Por qué la curiosidad?—Pregunté al fin.

—Quiero aprender sobre el hechizo patronum.

—¿Corpóreo o incorpóreo? —Remus se quedó extrañado.

Especto patronum. —Salió una cierva de mi varita. —Esto es uno corpóreo, son más poderosos pero también más difíciles de crear, uno incorpóreo es crear una luz que espante a los dementores, con el corpóreo puedes mandar hasta mensajes.

El ciervo voló hacia James y Sirius y estos lo observaban impresionados al igual que Remus.

Remus me miraba un poco nervioso pero al final me habló.

—¿Podrías... Enseñarme a crear uno corpóreo? —Le sonreí y me lancé a abrazarlo.

—No tengas vergüenza a pedirme lo que sea, claro, te enseñaré.—El me devolvió el abrazo y James bajó con Sirius.

—Esa cierva era igual a la que creaste hace unos días ¿Qué hechizo es? —Rodé los ojos y miré a Remus.

—Explícaselo tú, no vuelvo a decirlo dos veces. —Dije mientras entraba a casa.

—Jane, cariño, me gustaría hablar contigo. —Me dijo mi abuela.

Narra James.

Entramos a casa después de una breve explicación de el hechizo expecto patronum.

Vi a mamá hablar con Jane y me acerqué sin hacer ruido, Remus y Sirius hicieron lo mismo.

—Dumbledore habló conmigo para quedarte con nosotros en las vacaciones, pero me gustaría confirmarlo con tu madre.

Jane se revolvió el pelo, eso significa que está incómoda.

—No tengo madre.

—¿Y tú padre? —Le preguntó esta vez.

Se volvió a revolver el pelo.

—Tampoco, Dumbledore es mi tutor legal. —Mi madre se disculpó.

—No te preocupes, te puedes quedar aquí el tiempo que necesites, solo quería asegurarme que tus padres están de acuerdo.

—Gracias Euphemia.

—Te lo dije el primer día, llámame mamá. —Le dijo guiñándole el ojo y Jane sonrió.

—Gracias mamá. —Dijo esta vez sorprendiendo a mi madre.

No pensó que le tomase la palabra pero no pareció molestarle sino al contrario.

—James Charlus Potter, Remus John Lupin, Sirius Orion Black... ¿Nunca les han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas? —Dijo Jane con una sonrisa sin mirar en nuestra dirección y mi madre sorprendida enseguida nos vio.

Salimos de nuestro escondite.

—¿Cómo sabías que estábamos escuchando? —Preguntó Remus.

—¿Cómo sabes nuestros segundos nombres? —Preguntó esta vez Sirius.

Rodó los ojos.

—Os dejaré con la intriga. —Dijo con una sonrisa.

Narra Jane.

Mentiría si dijese que la cena estuvo tranquila, James empezó una discusión en broma con Sirius por flirtear conmigo.

—¡No creas que dejaré que Jane sea uno más de tus ligues! —Decía James.

—¡Jane es la única para mí! — Contraatacó Sirius.

—¡Jane no tendrá novio mientras yo viva!

Todos menos ellos dos reíamos por la situación.

—Remus ¿Entonces no les has dicho lo nuestro? —Le pregunté con un rostro fingido de sorpresa.

James y Sirius se giraron hacia él sincronizados.

—¿Qué vuestro? —Preguntó James lentamente.

Remus estaba muy rojo y confundido.

—Lunático, estás muerto. —Le dijo Sirius.

Ahora estábamos en la habitación jugando a atrevimiento o verdad.

—Sirius, atrevimiento o verdad. —Preguntó James.

—Atrevimiento, soy un Gryffindor. —Dijo con arrogancia.

—Seduce a James. —Dije mientras Remus y yo nos reíamos.

Sirius se acercó a James mientras se miraban de forma pícara, cosa que nos hizo reír más.

Se empezó a quitar la camiseta de manera sensual dejando ver sus abdominales y James no pudo resistir más y se empezó a reír bastante.

Sirius lentamente se acercó a la oreja de James y le susurró de forma seductora.

—Verdad o atrevimiento Jamie.

Nuestra risa la podía haber escuchado Lily desde el mundo muggle si no fuese por el hechizo silenciador.

—Verdad. —Dijo cuando nos tranquilizamos.

—¿Qué son esos motes que os ponéis? —Les pregunté, ya sabía la respuesta pero quería que me lo dijesen ellos.

Se miraron entre ellos, como pensando si decírmelo.

—Son sólo eso, motes, no tienen significado. —Dijo James, mintiéndome. —Jane, ¿Atrevimiento o Verdad?

—Verdad. —Dije y Sirius se adelantó a los demás.

—Cuéntanos sobre el dueño de tu corazón. —Dijo.

Me llevé la mano al colgante por encima de la ropa.

—Se llamaba Oliver, era un amigo de la infancia de mis hermanos y mío, salimos por un tiempo pero rompimos, estaba demasiado ocupado con el Quidditch, era cinco años mayor que yo, después de un tiempo volvimos a salir, pero lo vi morir... Enfrente mía... —Dije eso último con la voz rota.

—Lo sentimos. —Dijo Sirius.

Negué con la cabeza.

Después hicimos rondas de confesiones y terminaron diciéndome todo sobre el mapa del merodeadores y me tocó a mí confesar.

—Sirius... —Dije mirándole y me sonrió de forma pícara. —La cierva con la que peleaste la noche de luna llena era yo.

Esperé unos segundos que lo procesara.

—¡¿Tú me pegaste esa coz?! —Gritó Sirius.

—¡¿Eres animaga?! —Me preguntó sorprendido James.

—Tú me quisiste atacar Sirius, yo solo me defendí.

Esperamos a que se calmarse y nos fuimos a dormir.

La vuelta de Jane Potter [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora