Ella tiene una maniobra muy especial con su bey, pero solo la usa si es una situación verdaderamente desesperada o si algo importante depende de una batalla bey.
Esta maniobra consiste en suspirar sobre Kitsune, pasándole un poco de su esencia.
Para el lanzamiento, Shuna usa su mano, únicamente dejando caer a la bey sin siquiera girarla, más con solo imaginar el movimiento que Kitsune hará, la bey lo hace.
Tiene sus consecuencias. Por algo Shuna llama a la maniobra "conexión de vidas", ya que lo que le pasa a Kitsune, le sucede a Shuna de forma física, además de que el simple paso de conectar su vida con la de su bey le hace daño a su cuerpo comenzando por el característico llanto sangriento que ataca los ojos de Shuna en primer lugar.
Este ataque le da a Kitsune una velocidad nunca antes vista, imposible de captar, además de que, mientras Shuna siga en pie, Kitsune puede rearmarse con la simple orden de su ama, a pesar de que esta sufre daño cuando su bey explota.
También puede regresar a la arena sin tocar el piso cuando planean hacerle un final por salida.
Solo puede usarlo una vez cada día debido a los efectos secundarios sobre ella.