II Lettre

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Querida Charlotte:

“Dos de tres noches te sueño, la tercera te espero despierto por si apareces.” Lindo, ¿no? Es de Christopher Climaco, pero perfectamente podría haberlo escrito yo mismo. Para ti. 

Una vez, en tercer año de secundaria, intenté ser escritor. Llegué a casa temprano y le conté la idea a mamá. Sonrió y me dijo que hiciera lo que me haga feliz. Busqué en mi mochila un cuaderno en blanco, una lapicera negra y comencé a escribir. O a intentarlo, al menos. Mi cabeza estaba llena de ideas, pero no encontraba la forma de plasmarlas en el papel, así que lo dejé.

 Retomé mi anhelo de letras solo para escribirte estas cartas, mi adorada niña. Que gracioso, ahora no puedo parar de escribir. Sé que la única responsable de este huracán de palabras en mi mente eres tú, Charlie. Me haces querer escribir sobre nubes, el aroma a primavera y el color de tus ojos. ¿Qué estás haciendo con mi cabeza, Charlotte? Ya lo he dicho antes, pero nunca has respondido. ¿Es acaso un hechizo, o tal vez una maldición? De cualquier forma, necesito que sepas que nunca voy a olvidarte, quieras o no. Eso es todo, sabes cuanto detesto las cartas largas. No te preocupes, no hay ninguna anécdota implícita, solo quería que sepas cuánto me importas. 

                                                                                                                                               Tuyo, Julian.

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