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ృ ꒰❝Te sigo a través de la oscuridad, no tengo suficiente; eres la medicina y el dolor, el tatuaje dentro de mi mente. Y cariño, sabes que es evidente.❞꒱ ృ
—¿Shawn?
—¿Sí?
—Por favor, ponte una camisa.
Él rió, deslizándose sobre una camiseta negra mientras yo trataba de esconder el rubor creciente en mis mejillas.
Era tarde, posiblemente alrededor de la una de la madrugada y todo el mundo ya se había ido a la cama. La noche la pasamos viendo películas de terror y comiendo pizza, con comentarios ocasionales de vez en cuando, pero todos estábamos tan atrapados en la película que no se dijo mucho.
Bueno, yo digo que todos se fueron a la cama, pero Ashley y Michael estaban en su habitación haciendo Dios sabe qué mientras que Calum y Ashton se encontraban abajo, causando estragos en la cocina e intercambiando unas palabras junto a un par de cervezas. Parecía que lo único que nos quedaba a Shawn y a mí para el final de la película era dormir un poco.
El único problema, sin embargo, era la cama individual situada en el centro de la habitación de huéspedes.
—Utiliza la cama.— dijo, tan pronto como entramos. Su declaración fue casi automática. —Dormiré en el suelo.
—No.— fruncí el ceño. —Eso no es justo para tí.
—Estaré bien, Sophie.— me aseguró.
—Pero me sentiré mal.
—Bueno, no lo hagas.— rió.— Honestamente. Está bien.
No estaba bien. El suelo era frío y duro, y el saco de dormir que Ashley logró encontrar en el ático no hizo casi nada en términos de calor y comodidad.
Sin embargo, a Shawn no pareció importarle. De hecho, lucía alegre; incluso lo vi tararear alegremente en voz baja mientras colocaba cuidadosamente el delgado material en el suelo.
—Shawn.— murmuré a lo que me vió con ojos cálidos.
—¿Sí, Soph?
—Por favor, duerme en la cama.
Soltó una pequeña risita.— No, niñita. No quiero aplastarte.
—Quiero decir, tú duermes en la cama y yo duermo en el suelo.— Me sonrojé.
—No, ya te lo he dicho. No quiero que te lastimes durante toda la noche.
—Pero entonces tú te lastimarás durante toda la noche.— Me enfadé.
—Estaré bien.— hizo un pequeño gesto con la mano, sonriendo. —Ahora vete a dormir. Sé que estás cansada.
Él tenía razón. Mis párpados estaban caídos y mi cuerpo se sentía innegablemente pesado. Al momento en que mi cabeza golpeó la almohada, me dormí rápidamente.
