¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ృ ꒰❝Տꪱყ᥆g᥆bᥱrᥒᥲrᥲᥱᥣꦒuᥒd᥆ tu ᥱ᥉tu᥎ꪱᥱrᥲ᥉ ᥲ ꦒꪱ ᥣᥲd᥆ꦒᥲᥒᥱjᥲᥒd᥆ ᥱᥣᥱ᥉pᥱᥴtáᥴuᥣ᥆, ᥒ᥆᥉᥆tr᥆᥉ tꪱrᥲríᥲꦒ᥆᥉ ᥱᥣᥣꪱbr᥆dᥱrᥱgᥣᥲ᥉p᥆rᥣᥲb᥆rdᥲ ყ dᥱrruꦒbᥲríᥲꦒ᥆᥉ᥣᥲᥴᥲ᥉ᥲ, ᥉ꪱ tu fuᥱrᥲ᥉ ꦒꪱ ᥴhꪱᥴᥲ᥉᥆ñᥲríᥲꦒ᥆᥉ ᥱᥒ᥎᥆zᥲᥣtᥲ.❞꒱ ృ
Salí de casa de Shawn muy temprano a la mañana siguiente.
Me había olvidado por completo de mi trabajo voluntario de Navidad en la guardería local, a pocas cuadras de aquí, y sólo me lo recordó un texto frenético de Mae, una de las mujeres que trabajaba allí, preguntándome dónde estaba y si iba a asistir.
Actualmente estoy caminando a toda velocidad por la carretera, esquivando a la gente y saltando entre los coches aparcados con una taza de café caliente en la mano y mi capucha hacia arriba, mi intento de no derramar nada sobre nadie cada vez con más éxito.
Finalmente consigo llegar a la puerta principal sin problemas, así que presiono el botón con un dedo frío. Un sonido zumba al otro lado del intercomunicador, voces apagadas pero sobre todo estáticas se hacen presentes, por lo que digo mi nombre.
En segundos, la puerta se abre y así finalmente entro. Me aseguro de cerrar la puerta detrás de mí, ya que no quiero ser responsable de que algún niñito deambule y se pierda en la ciudad.
El olor a pan de jengibre horneado, crayones derretidos y pintura de carteles no tóxica envuelve mis sentidos inmediatamente mientras estoy de pie en la puerta.
Me retiro la sudadera con capucha y coloco el café en un lugar seguro, el calor del edificio de una sola planta relaja instantáneamente mis nervios en crecimiento.
—¡Oh, bien! Estás aquí.— dice una voz por lo que giro mi vista hacia arriba.
Es Mae, una mujer de mediana edad con la sonrisa más cálida que existe y una presencia tan atractiva que es difícil no devolverle la sonrisa.
—Me preguntaba si en algún momento vendrías.
—Lo siento. Me quedé atascada en el tráfico.— Miento, la culpa pronto burbujeando en mi estómago pero rápidamente lo controlo.
—Ay no te preocupes, querida.— responde Mae amablemente. —Aparentemente estás aquí para empezar tu trabajo como voluntaria, ¿no?
