C.8

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—Lex.

—Qué sucede Paty?. -Exclamé mientras limpiaba la repisa.

—Con está van cuatro veces que limpias el mismo lugar, te aseguro que la repisa está más limpia que cuando te bañas.

Me detuve de golpe y mordí la uña de mi dedo pulgar mostrando mi nerviosismo.

—Y con esta es la séptima vez que te muerdes la uña, te quedarás sin dedo si sigues así.

Suspiré frustrada pero no podía evitarlo, en estos momentos Samuel estaría en su cita con la señorita Layla. Me negaba a imaginar a Samuel riendo con la señorita ya que el me había dicho que ella no le interesaba de ninguna manera.

—Lex que sucede? ¿Te preocupa algo? ¿Te sientes mal?. -Se sintió mal al ver a Paty preocupada por ella cuando solo estaba celosa.

—Tengo que contarte algo Paty. -Ella asintió y fuimos al cuarto de Paty. Los señores no estaban y tendrían tiempo de hablar tranquilas.

—Primero quisiera pedirte que lo que te diga no se lo digas a nadie, ni siquiera a Marta. -Paty asintió frunciendo levemente su seño.

Suspiré antes de hablar.

—De los tres años que llevo trabajando aquí hace un año y medio aproximadamente que me empezó ha atraer Samuel, no le preste mucha atención puesto que pensé que solo sería una tracción física. Pero no, con el tiempo la atracción paso a gustarme y, a enamorarme de el. Entonces paso lo de la fiesta....

Le hable de lo que pasó en la fiesta, le dije que había tenido una pelea con la señora Rosalie (sin darle muchos detalles), de como Samuel me duró, me beso y había dicho. Paty asentía y negaba en algunas ocasiones pero nunca me interrumpió. También le conté lo que había pasado en estas semanas con Samuel y cuando nos encontró Jane en la cocina a media noche.

—......y eso es lo que ha pasado. -Dije sintiendo como un peso se iba de mis hombros, pude contarle todo, bueno casi, a una persona de confianza y eso me quitaba un peso de encima.

—Bueno, primero debo decir que me sorprende como ocultaste tus sentimientos por el todo este tiempo. -Reí nerviosa. -Y en cuestión a lo otro, ¿Tú y el joven Samuel son novios?.

¿Lo éramos? ¿Samuel y yo éramos novios?. No. El no me lo ha pedido y no ha dado alguna señal de hacerlo. Entonces, ¿Qué éramos?.

—Yo....no lo sé Paty. Y eso es lo que me frustra, no somos nada y por tanto no tengo derecho a reclamarle nada pero, aún así me siento tan celosa de que haya aceptado esa cita. La señorita Layla es el partido perfecto que quiere la señora Rosalie.- Levanto mi rostro de golpe ya que lo cubrí con mis manos dejando ver mi rostro lleno de miedo. -¿Y si Samuel siente algo por la señorita Layla? ¿Y si la señora Rosalie le da a elegir y la escoje a ella?. ¿Y si todo este tiempo solo fui un juego? ¿Y si m---

—¡Lexi!. -El grito de Paty me hizo callarme de golpe, ella suspiró y tomo mis manos entre las suyas. -Conozco al joven Samuel desde hace mucho tiempo y te puedo asegurar que no eres un juego para el, si todo lo que me dices es cierto el te quiere Lex y no debes de dudas de ello. Aunque tú no quieres hablar de ello se que tuviste una mala experiencia con hombres. -Mi cuerpo se tenso y Paty lo notó por lo que comenzó a trazar caricias en mis manos. -Mi mamá y yo nos dimos cuenta desde que Bruno comenzó a pretenderte, tú rostro tenía solo un sentimiento y todos nos dimos cuenta y-

—¿Qu.. qué sentimiento?. -La interrumpo

—Miedo Lex, miedo a los hombres y es por eso que Bruno dejó de tratar de conquistarte. El hecho de que te estés dando una oportunidad con el joven Samuel es un gran paso, sin que te dieras cuenta ahora soportas el toque de un hombre, su cercanía y supongo que sus labios. -Alzó una ceja (si, ella tiene ese poder) y yo me sonrojé asintiendo. -Así que no temas Lex, vive lo que tengas que vivir con el sin miedo a que te deje o cambie porqué el no lo hará.

Otra historia de Amor © | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora