C.12

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Narra Paty.

-Es tuya Michael. La niña que viste, es tu hija.

Lo había hecho. Le había dicho a Michael que Mirna es su hija y aunque aparentara que estaba tranquila, por dentro estaba muerta de miedo por su respuesta.

En el pasado habría confiado ciegamente en que Michel se haría cargo pero después de lo que pasó, dudaba mucho. Y ahora más que nunca ya que, solo se quedaba viendo a la nada sin decir una sola palabra.

-¿Es mío?.-Fue lo primero que dijo después de eun rato.

La chica que se comía a Michael con la mirada nos trajo nuestro pedido y lo siguió viendo sin ningún disimulo.

-Te importa?. -Dije fastidiada, ella susurró una disculpa y apenada se marchó.

Suspiré antes de hablar, comprendía el porqué de su pregunta después de todo lo que le conté, ¿Cómo no dudar?.

-Si Michael, es tuya aunque niegues o aceptes el parecido que tiene contigo.

Él solo asintió antes de fruncir su seño claramente molesto.

-Y quieres decirme, ¿Porqué tomaste la decisión de no contarme nada sobre MI hija?.

Ahora yo también estaba molesta.

-¿Tengo que recordarte como decidiste terminarme para no ser un estorbo en tu estúpida nueva vida?.-Iba a interumpirme pero no lo deje. -Aunque esas no fueron tus palabras Michael se que eso es lo que realmente querías decirme ese día así que cuando me enteré de mi embarazo lo que primero que hice SI fue llamarte pero adivina. -Le sonreí irónica. -Tu PROMETIDA me dijo que estaban a una semana de casarse y de paso tenía un embarazo de cinco meses ¡TUYO!. ¡Así que no me vengas con que es tu hija porque hace mucho perdiste ese derecho!.

Para entonces había levantado la voz y la gente del lugar se nos quedaba viendo. Michael no había dicho nada, todo lo contrario, tenía los hombros caídos y la mirada en la mesa.

No me había dado cuenta de que lloraba hasta que coloque mis manos en mi cara.

Después de todo este tiempo nunca pude decirle la verdad a mi mamá y mucho menos a Lexie, no quería que tuvieran lástima o que se molestaran por algo que se supone que estaba en el pasado, hasta ahora.

Rápidamente saque un billete de mi bolso y lo dejé en la mesa para levantarme e irme de ahí, no podía quedarme y demostrarle cuánto me había y me duele su partida de hace años. No a una persona a la que nunca le importe.

Le mandé un mensaje a Lexie diciendo que cuidara de Mirna por hoy y la veía en la mansión. Ella aceptó sin problema aunque querría saber lo que pasó con Michael.

Cuando estoy a punto de hacerle la parada a un taxi cuando alguien tira de mi muñeca, estoy lista para soltarle un rodillazo entre las piernas si es hombre o un puñetazo si es mujer pero para mí sorpresa desisto al ver a Michael sosteniendo mi muñeca.

-¿Qué carajos crees que haces?.-Dije tirando de mi muñeca de golpe, el se sorprendió ante mis palabras, creo que aún no se acostumbraba a ver a la nueva Paty y no a la chica sumisa.

-Quiero hablar contigo Paty--tricia. -Corrigió al ver mi rostro. -Quiero decirte toda la verdad.

-Michael, lo que sea que tuviéramos, se acabó. Está en el pasado, un pasado que me costó mucho superar y no quiero que vengas a revivir algo que ya no existe. Te mandaré un mensaje con los días, hora y lugar donde puedas ver a Mirna e in-

-¿Y a ti?. ¿A ti también podré verte?. -Dijo desesperado.

-A mi Michael, deja de lastimarme. Ya lo has hecho demasiado.

Otra historia de Amor © | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora