C.1

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—Lexie, puedes llevarle esto al joven Samuel, estoy muy atareada aquí por la fiesta y-

—Si Paty, tu no te estreses y si necesitas algo más dímelo. -Tomo con cuidado la charola que trae un plato con fruta con sus respectivos cubiertos, un vaso con licuado de manzana y unas cuantas servilletas.

Camino rápidamente hacia las escaleras en dirección al cuarto del joven Samuel, dios, el joven Samuel parece hecho por los mismísimos mmmmm, dioses? no, caballeros?, no, padres?, Si. Por sus mismísimos padres, mis jefes.

Samuel es un chico alto, robusto debido a que va al GYM, su cabello negro como la noche y unos ojos azules como los garrafones del agua. Tiene unas pequeñas y casi imperceptibles pecas que lo hacen ver adorablemente guapo.

Hace aproximadamente tres años que comencé a trabajar en la mansión de la familia Maddox. No tengo un puesto como tal ya que hago que hacer, lavo trastes, cocino y otras cosas más, así que hago de todo en esta casa con ayuda de Paty, una chica no tan chica de veinticinco años, Marta, una señora super linda de la tercera edad pero que tienen más condición que el joven Samuel, Víctor esposo de Marta y padre de Paty, quien es el chófer del joven Samuel y la señorita Jane.

También está Trisha la ama de llaves, quien casi siempre suele estar en modo estatua, Travis chófer de la señora Rosalie, Daniel chófer del señor Maximiliano y los jardineros-hermanos Bruno y Jack.

Cuando entré a trabajar confundía los nombres de todos, incluso llegue a llamar a la señora Trisha!. Casi muero de vergüenza ese día, mientras sus hijos y su esposo reían de mi estupidez, la señora me mataba con la mirada. Se puede matar a alguien con la mirada?

En fin, desde ese día la señora me trata de lo peor, hace algunas cosas a propósito para obligarme a limpiar, muchas veces trata de decirme cuál es mi lugar en esa casa. No sé cómo el señor Máximiliano la aguanta, está muy amargada.

En fin, mi vergüenza más grande fue cuando  confundí al joven Samuel cómo uno de los choferes, pero no es mi culpa!. El venía vestido con un traje parecido a los de los demás choferes!. Qué debo recalcar que se veía más que bien con aquel traje.

Toco la puerta de la habitación del joven Samuel, un pase se escucha desde adentro y con cuidado coloco la charola en una mano para abrir la puerta con la otra, la cerré con el pie mientras entraba, al joven Samuel no le gustaba tener la puerta de su habitación abierta.

—Joven Samuel, le traigo su desayuno.

—Muchas gracias Lexie, déjalo en la mesa por favor.

Lo dejo en la mesa con cuidado y sin mirar al joven Samuel, no podía evitar mirarlo y sonrojarme, por eso evitaba mirarlo a la cara.

—Listo. Con permiso. -Me iba a retirar de su habitación cuándo me llama.

—Lexie?.

—Dígame joven.

—A qué hora comenzará la fiesta?. -Dijo el y yo solo miraba mis pies.

—La señora Rosalie me dijo que usted y la señorita Jane deberían de estar listos a las ocho y los invitados comenzarán a llegar a las ocho y media.

—Esta bien, gracias ahora si puedes retirarte.

Asentí y salí cerrando la puerta de su habitación.

—Qué haces en el cuarto de MI hijo Y con la puerta cerrada?. -La voz de la señora Rosalie hizo que me sobresaltará.

Si, yo solía contestar lo primero que se me ocurría pero,no quería perder mi empleo y mucho menos enemistarme con mi jefa.

Otra historia de Amor © | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora