Seeds

06.- De vuelta a Hogwarts

—Severus, mi muchacho, quiero pedirte un favor... vigila a Thomas—.

Severus hizo la pantomima de beber el té que tenía en la mano, pero no lo bebió. Luego de estar en Umbra y leer todo el expediente de Dumbledore, se prometió a si mismo jamás volver a beber o comer nada dado por el director y revisar su comida y bebida en el Gran Comedor con algunos hechizos no verbales.

—Se quién es el abuelo de ese muchacho Albus y debo decir que el Lord no estará nada complacido de que hubiera tenido una heredera, pero seguramente querrá a su nieto ¿No deberías enfocar tus energías en proteger al niño, Albus? Después de todo, el ignoraba su origen hasta hace poco y dudo que tenga los mismos problemas psicológicos de su abuelo—.

—Si, sí, mi muchacho, a eso me refería con vigilarlo... debemos proteger a los muchachos, a ambos. Pueden convertirse en un objetivo muy grande para Voldemort—Dumbledore ignoró la mueca de Severus ante el nombre, aunque desde hace semanas que podía decir el nombre sin problemas, era mejor guardar la pantomima.

—Debo decir... que estoy sorprendido de que el pulgoso lograra reproducirse aún en medio de la guerra, siempre pensé que quería juntarse con el lobo o con Potter, y que sus aventuras con mujeres eran para tapar su homosexualidad—Severus intentaba desviar la atención de Dumbledore a un terreno más seguro que los "chicos".

—Si, supongo que era una forma de quitarse el estrés, aunque no puedo decir que la apruebe—.

Luego de esa "orden" velada de espionaje y vigilancia hacia los nuevos Black, Albus derivó su conversación a tópicos irrelevantes sobre Severus como su odio por Harry, su falta de amabilidad y su necesidad de usar negro todo el tiempo. Severus suspiró, Albus siempre le daba dolor de cabeza con sus tonterías y sus túnicas "coloridas".

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Era un sentimiento extraño para Tom, pero la señora Weasley le agradaba y se vio a su mismo ayudándola en todo lo que se pudiera. Quizás era porque la mujer era muy maternal y siempre estaba abrazándolo y pellizcándole las mejillas, diciéndole lo adorable y bien educado que era. Orpheus no ayudaba en nada, pero al menos estaba estudiando, lo cual según Harry, era extraño, pero se encogió de hombros y continuó los preparativos para el inicio de clases.

Cualquiera diría que Harry había nacido sangrepura por la forma en que estaba dirigiendo los asuntos de la Casa Black, trayendo los artículos familiares de las bóvedas e incluso haciendo que el retrato de la señora Black lo respetara. Sin embargo, y aunque estaba haciendo un excelente papel como Jefe de la Casa Black, Dumbledore estuvo visitando constantemente el número 12, buscando influenciar al nuevo Lord. Harry fingía escucharlo y le daba respuestas ambiguas y poco comprometedoras, cosa que al anciano no parecía agradarle.

Una noche, Rookwood les trajo una información crucial, el Lord le había pedido a Draco Malfoy que matara a Dumbledore y Narcissa se había puesto loca. Snape no había podido salir de su casa porque el Lord le ordenó darle asilo a Colagusano y Rookwood apostaba a que Narcissa iría a pedirle ayuda, lo que podía traducirse en que quizás podrían atraer a los Malfoy a su organización, pero debían ser cautelosos, Bellatrix estaba sospechando de las lealtades de Snape, principalmente, y también de su propia hermana.

Snape entonces, pasaba su tiempo la mitad en Umbra y la otra mitad en su casa en Cokeworth.

Días antes del inicio de clases, Snape trajo dos noticias muy interesantes al cuartel general. La primera, que Dumbledore había regresado de algún lugar muy furioso (Harry sospechaba que había ido a buscar algún horrocrux, y seguramente era uno de los que ellos ya tenían) y la segunda, que Narcissa Malfoy fue a pedirle ayuda y Bellatrix insistió en hacer un Juramento Inquebrantable, a lo cual él se negó vehementemente. Lo cual no era tarea fácil, ya que Bellatrix susurraba muchas cosas a los oídos del Lord, pero esta vez no podía hacerlo sin sacrificar a su hermana. Aun así, Severus le prometió a Narcissa que cuidaría de Draco y de su misión, y recalco, más por Bellatrix que por Narcissa, que no era necesario un voto para proteger a uno de los suyos.