Eres el indicado (KingxDiane)

20.- Una salida.

P.O.V. -King-

Después de irme de la casa de Diane, me angustie un poco por su bienestar, su tía no estaba y había quedado sola, aunque supiera defenderse me preocupaba... la verdad es que cuando me entere de que salió y luego se acercó con aquella deliciosa ensalada, me asome estratégicamente por la ventana, y lo que presentía desde que llegue a su hogar, ya era una realidad.

En una esquina de aquel vecindario, se encontraba un Mitsubishi Lancer IX, lo reconocería a donde fuera, con su típico color negro y llantas rojas. Era el coche más utilizado de nuestra ''empresa'' y por lo tanto eran ''compañeros de trabajo'', estaba arrepentido de haber estado ahí. Me habían seguido hasta aquí, y ahora por mi culpa... sabían de Diane, no permitiría que le hicieran daño, si algo le pasara perdería totalmente la cordura y realizaría una estupidez, que terminaría en un desastre y afectando a más personas inocentes.

Por ello tenía que irme lo más pronto posible, tuve que decirle una excusa, y aguantar el dolor que aún tenía en el hombro cuando me estaba tocando, sin mencionar que veía mi rostro para asegurarse más. Me costó estar calmado, pero afortunadamente logre mi plan. Siempre preocupándose por mi... -Suspire cabizbajo- nunca ha dejado de hacerlo, no sé qué estoy a punto de hacer, siempre me he equivocado en mis decisiones, y la verdad cuando actuó empeoro las cosas. Desde que escuche lo que había sido de la vida de Diane, no pude evitar sentir una molestia hacia mí, había estado sola mucho tiempo, imaginar cuanto sufrió y sollozo a solas en su habitación, o en cualquier otro lugar. Ahora ya es un poco más alegre y activa. Aun así nunca se me olvida su actitud cuando fue a mi hogar, expreso todo lo que pensaba sobre ella y se quebró en llanto. No puedo mentir, me dolió verla así ese día. Y muy en el fondo sabía que era mi culpa.

Antes de hacer lo que pensaba, le dije al chófer por medio de mi teléfono que se dirigiera a una casa en específico con la dirección establecida. Debía corroborar mi otra gran razón por la cual empezó todo.

Al cabo de 15 minutos llegamos aquella quinta poco iluminada, le di una seña al chófer con mi palma, para que aguardara en esa posición. Luego de bajarme y acercarme a la puerta; toque un poco fuerte para no perder tiempo.

-¡Quien molesta, a esta hora! –Exclamo una voz arrogante y fastidiosa para mí, seguido de abrir la puerta- Oye, King que haces aquí. –Expreso un tanto alegre con una sonrisa molesta-

-Solo vengo hablar rápido. –Solté sereno-

-Um... ¡De acuerdo pasa, pasa! –Extendiendo su mano-

El ambiente era un poco acogedor pero un olor que rondaba en el lugar me hizo cambiar mi manera de pensar, sin más me dijo que tomara asiento en una silla reclinable de oficina. No sé por qué tenía una de esas en la sala, pero no era algo para mencionarlo o hacer énfasis.

-¿Una cerveza, compañero? –Inquirió acercándose, y tomando asiento en una silla similar-

-No gracias... -Indique serio- Ban, mi motivo de venir aquí es sencillo, quiero que me digas, la verdadera razón de por que estas con mi hermana... ¡Ella es muy importante para mí, no pienso dejar que alguien le ocasione sufrimiento o corra algún peligro! –Exprese lo que sentía con mucha fuerza-

Después de escuchar lo que dije, dejo la cerveza en una pequeña mesa y cambio su actitud bromista, o molesta a mi parecer, a una de desprecio.

-Escucha bien... King. Sé que me vez como un bueno para nada, un borracho, vulgar, irresponsable y demás cosas que me ha dicho tu hermana. –Suspiro- Tal vez... tenga una pizca de eso ya mencionado, pero. –Se levantó viéndome fijamente- Elaine, es alguien que amo con todo mi ser, pienso cuidarla y estar a su lado hasta mi último respiro. –Expreso un tanto enojado- Y no me importa quien no esté de acuerdo con ello, nada ni nadie me separara de ella. –Agrego con la misma actitud-