Eres el indicado (KingxDiane)

25.- Esto aún no acaba...

-King... ¿Qué hora es?, creo que me quede dormida. –Levantándose un poco nerviosa-

-Déjame ver... 5:30 p.m. Nos quedamos dormidos aproximadamente 20 minutos. –Viéndola sereno-

-Sera mejor regresar, esta oscureciendo. –Cabizbaja- Mi tía me matara Harlequin. –Susurro triste-

-Tranquila eso n... ¿qué es esto? –Mascullo viendo un mensaje de texto entrante-

-¿Sucede algo? –Indago con cierto temor-

-Esto es extraño. –Mostrándole el teléfono a la castaña-

-Mm... -Leyendo-

-Harlequin, sí que eres un flojo y dramático. Los vi a lo lejos huir y dejaron un coche a escasos metros del local, no se de quien es, pero si te interesa lo deje estacionado en frente de en una heladería, de esta misma localidad, te mando la dirección... *Faltan textos*

-No sé qué decir de eso, es el número de Gloxinia, pero... ¿Cómo sabia del coche?, ¿no sé qué hacer Diane? –Expreso viendo hacia el frente-

-Yo digo que vallamos y comprobemos la veracidad de este mensaje, si está el coche no hay que dudar de que fue el, y tuvo un presentimiento de que el coche nos pertenecía, ¿solo si tú quieres? –Levantándose-

-Bien, echemos un vistazo rápido, vamos. –Tomándola de la mano para entrar al coche-

-Ya llego el resto del mensaje, esta es la dirección. –Enseñándole el mensaje al castaño-

-Acelerando el coche, para llegar a una cuadra del lugar- Atenta Diane. –Susurro yendo a menos de 15 k/m hasta acercase lo suficiente para poder visualizar mejor un coche aparcado en frente de una heladería, exactamente como especificada el mensaje- Espera aquí... -Bajándose del coche, para acercarse un poco-

-Ese es mi coche, King. –Susurro acercándose-

-Te dije que te quedaras. –Dijo serio-

-L-Lo siento, no quiero alejarme de ti. –Susurro cabizbaja-

-Oye, aquí arriba. –Se escuchó de una voz-

-¿¡Eh!? –Ambos alzaron la vista a un tejado del edifico que se encontraba al lado de la heladería-

-De nada tonto. –Mostrándose una cabellera roja alejarse-

-Suspiro- No hay duda, es el. –Mascullo serio-

-¡Qué bueno! Todo salió de maravilla. Ya no tengo por qué estar preocupada. –Se relajó abrazando al castaño-

-Sonríe- Supongo que tienes razón. –Rodeándola con su brazo-

-No se te apetece un helado, ¡yo quiero uno! –Dando saltos-

-De acuerdo vamos, después de todo lo que hemos vivido, podemos relajarnos un poco. –Expreso caminando junto a ella, para entrar y tomar asiento en una de las mesas-

-Diablos... -Pensó poniendo su cabeza en la mesa, y tapando su rostro con la hoja de la selectividad del negocio-

-King, ¿todo está bien? –Dudosa por su comportamiento-

-Todo perfecto, pide lo que quieras. –Susurro entre los dientes-

-Muy buenas tardes, ¿Qué desean de nuestro sabroso menú? –Pregunto un sujeto muy amable-