AMOR DE SHINIGAMIS (Kuroshitsuji)

CONOCIENDO A UN SHINIGAMI ¡DEATH!

(Esta historia comienza como una de las escenas de este anime, la acorté un poco para escribir el “Fanfic” en sí. No me matéis por cortar partes de la escena.)

Fui a mi trabajo, un lugar oscuro y terrorífico donde yo preparaba los cuerpos de los muertos y los volvía fabulosos. Para cualquier persona este trabajo lo volvería loco pero yo ya estoy loco. Habían llegado tres cuerpos nuevos que debía revisar; el primero era una mujer aproximadamente de unos 30 años, no había indicios de su muerte pero tenía una cicatriz muy grande que iba desde su hombro derecho hasta su muslo izquierdo. La cicatriz era muy grande pero era solo superficial, eso no había llegado a matarla ya que se notaba que era de hace unos meses. Esa cicatriz se parecía a una de las muchas que yo tenía. Cerré el ataúd, un cuerpo menos; el segundo cuerpo era de un niño de aproximadamente unos 10 años, había muerto de un tiro en la cabeza. Le cerré los ojos y la boca. Había visto tantos cuerpos pero aún no superaba ver a niños muertos. Cerré el ataúd y miré el cuerpo que me quedaba era un hombre o mujer, no podía identificarlo. Era pelirrojo y tenía los dientes afilados como los tiburones. Tenía la boca abierta, lo cual odiaba ver en los muertos. No había indicios de su muerte.

-Repugnante.-Dije asqueado de la boca abierta del muerto. De repente la criatura no identificada abrió sus ojos.

-¿Cómo te atreves a hablarle así a un Shinigami DEATH! ¡Soy hombre!-Dijo el Shinigami. Sin pensarlo me empezó a estrangular y me dejo inmovilizado. Me saco la ropa y él se sacó la suya. El Shinigami se puso mi ropa, muy seximente he de decir, y me metió desnudo a un barril lleno de sal.

-¡Qué sexy soy!-Se dijo el Shinigami a sí mismo, tenía un poco de razón, empezó a posar frente a un espejo que había a la derecha de mi escritorio. Me estaba…Nada. De repente me miró y me puse un poco nervioso, casi nunca me ponía nervioso ¿Cómo no estar nervioso? Estaba en un barril de sal desnudo viendo como un Shinigami posaba frente al espejo y me miraba con cara de violador. Me quedé chupando la sal un rato y aparecieron por la puerta Ciel Phantomhive y Sebastian Michaelis. El Shinigami estaba de espaldas a la puerta.

-Undertaker.-Dijo Ciel.

-¿Si?-Dijo el Shinigami tratando de imitar mi voz.

-Necesitamos ayuda. Información, tu especialidad.-Dijo Sebastian.

-Ya saben el precio.-Dijo el Shinigami y se dio vuelta mostrando sus hermosos ojos verdes y su verdadera y larga cabellera rojo carmesí. Corrió hacía Sebastian queriendo dale un beso.

-¡Grell!-Gritó Ciel sorprendido. Grell Intentó llegar a Sebastian pero este se corrió y Grell se topó con la pared, quedándose inconsciente. Ciel y Sebastian se fueron y quedaron Grell y Undertaker…Solos.

 Luego de unos minutos salí del barril de sal. Le saqué la ropa a Grell, por dios que sexy era. Me la puse. Le puse su ropa a él y lo metí en un ataúd para que estuviera más cómodo. Curé el golpe que tenía por la pared y volví a trabajar. Luego de unas horas de revisar cuerpos me senté en mi escritorio a organizar papeles. En cinco minutos ya estaba dormido.

…

-Hola.-Dijo una encantadora voz. Estaba muy dormido, me despabilé y desperté todo lo posible y miré al portador de esa bella voz. Era Grell, el excéntrico Shinigami que me desnudaba con la mirada. Tragué saliva.

-Hola.-Dije súper nervioso, algo raro en mí. ¿Por qué Grell me hacía sentir esto? ¡Soy Hétero, Joder!

-Gracias por vestirme y cuidarme mientras estaba inconsciente. No me violaste ¿No?-Preguntó y creó que quería un si por respuesta. Me dio risa su mirada, yo solo (Alerta de Necrophilia) violaba cuerpos…Olvida eso.

-Jijijijiji, No, obvio que no mi querido Shinigami.-Dije ya recobrando mi gran sonrisa.

-¿Y por qué no lo intentas?-Dijo Grell provocativo y con una sonrisa picara.