LOVE IS LOVE (Juliantina)

CAPÍTULO 9

Papá llegó a verme al hospital, yo ya había despertado aún sin entender que sucedía mi padre abrió la puerta y en sus manos traía muchos álbumes de fotos, él empezó a contarme historias de cuando era niña, de cuando aún vivía mi mamá, yo no recordaba nada, simplemente lo escuchaba con atención y sonreía, era mi padre en verdad, y yo había perdido la memoria, ¿Pero por qué iba tomando alcohol y a tanta velocidad?, No entendía nada, ¿Por qué lo hice?.

A la mañana siguiente, el doctor me dijo que podía irme a casa, mi padre me miró y me sonrió.

PAPÁ: Vamos a casa Hija!.
VALENTINA: Vamos!.
DOCTOR: Recuerda tomar tus medicinas Valentina, y para la terapia te atenderá una doctora especializada en todo este tema, así que estarás en buenas manos.
VALENTINA: Muchas gracias por todo doctor.
PAPÁ:Vamos hija!

En todo el camino me preguntaba ¿Cómo será mi casa?, Mi padre es apuesto y se nota que tiene dinero, ¿Cómo será mi habitación?, ¿Cómo será mi ropa?, ¿Tendré buen gusto en moda?, Pensaba puras tonterías, estaba nerviosa, no es nada fácil no recordar nada.

(Media hora después)
Ahí estaba mi casa, Por Dios santo, es como un castillo, ¿Yo vivo aquí?- (pensé).
La camioneta se estacionó en la entrada, mi padre abrió mi puerta, me ayudó a bajar y me dijo.

PAPÁ- Está es tu casa hija, te llevaré a tu habitación para que descanses.
VALENTINA: Si, está bien!

Miraba la casa con asombro, mi habitación era bonita, era raro estar en casa y no recordar nada.

PAPÁ: Hija, te dejaré descansar, cualquier cosa puede hablarle a tu Nana.
VALENTINA: ¿Mí Nana?.
PAPÁ: Discúlpame, déjame voy para que la conozcas.
VALENTINA: Está bien!

Miraba mis cosas, mis fotografías, en verdad que era difícil ver a tantas personas en una fotografía y no saber quién es.

PAPÁ: Hija!
VALENTINA: ¿Si?.
PAPÁ: Ella es tu Nana Sara, cualquier cosa puedes decirle a ella o a mí.
VALENTINA: Gracias, mucho gusto señora Sara.
NANA: Puedes decirme Sara hija!.
VALENTINA: ¿Cómo me gustaba decirte?.
NANA: Siempre me llamabas Nana hija.
VALENTINA: Pues así te llamaré Nana.
NANA: Muy bien mi niña, ¿Necesitas algo más?.
VALENTINA: un vaso de agua, por favor!
NANA: Ya Te lo traigo mí niña.
VALENTINA: Gracias Nana!
PAPÁ: Bueno hija, yo tengo que ir a la oficina, aquí está tu Nana, Hanna y Juliana por si necesitas algo.
VALENTINA: Muchas gracias papá!

Mi padre le explicó todo lo que había pasado a mi Nana, le explicó sobre mi pérdida de memoria.
Mientras me duchaba alguien tocó la puerta.

(Toc,Toc)
Yo no dije nada, espere a que dejarán de tocar la puerta ya que no podía salir del baño con el shampoo en mi cabeza.
Pasó una media hora, yo estaba sentada en mi cama y volvieron a tocar la puerta.

(Toc, Toc)
VALENTINA: Adelante!

Entró una chica, corrió hacía mí, me abrazo y me dijo:

JULIANA: Que bueno que estás bien!, No sabes lo mal que me sentí al saber todo esto..
VALENTINA: Pero...
(Juliana interrumpe).
JULIANA: Perdóname por favor, todo lo que viste no fue lo que parecía, es difícil de explicar, te iré contando poco a poco todo, pero sabes que me gustas y quiero intentar algo contigo, por favor perdóname!

Mi Nana abrió la puerta y dijo:
Nana: Ya está lista la cena señoritas, bajen ya!
JULIANA: Si, ya vamos!
NANA: Muy bien!
VALENTINA: Gracias Nana!
NANA: Compermiso.
VALENTINA: ¿Vamos a cenar?
JULIANA: Si.. Vamos!

Fuimos a cenar, todo lo que esa chica dijo, ¿Me gustaban las chicas?, Nunca me pasó por la mente algo así. En la cena todos me veían extraño.

VALENTINA: ¿Puedo retirarme?, No me siento bien.
PAPÁ: Claro hija!

Me levanté de la mesa y me fuí, no pasó ni una hora para cuando mi papá tocó la puerta de mi habitación.

PAPÁ: ¿Puedo pasar?.
VALENTINA: Si, claro!
PAPÁ: ¿De que te sientes mal?
VALENTINA: Te quiero preguntar algo.
PAPÁ: Dime.
VALENTINA: ¿Me gustan las mujeres?.
PAPÁ: ¿Qué?.