Capítulo 8: ¿Qué haces aquí?

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Félix regresaba a casa con las manos en los bolsillos, estaba casi seguro que su padre ya no lo consideraba de la familia, Adrien por su parte aseguraba que no tenía por qué preocuparse, su padre incluso estaba menos distante de lo habitual, para Félix era imposible advertirlo, desde la muerte de su madre había visto muy poco a su padre y a su hermano.

- ¡Félix! – gritó una voz a sus espaldas, Félix sintió como la sangre huía de su rostro y no quiso darse la vuelta, pero la vocecilla fastidiosa volvió a repetir su nombre - ¡Fééliixx!

- Bridgette – murmuró y se dio la vuelta para ver a la chica que se acercaba corriendo hacia él, ella saltó para abrazarlo pero Félix no le devolvió el gesto y miró hacia otro lado.

- ¿Me extrañaste?

- No, me había olvidado de tu existencia.

- ¡qué tímido eres Félix! Sé que me extrañaste.

- ¿Por qué estás aquí?

- Porque no quería que te sientas solo.

- No me siento solo, ya puedes regresar a casa.

- No regresare, voy a estudiar en París.

- ¡Pero si no hablas francés!

- Aprenderé, el amor todo lo puede – Félix no dijo nada e intento zafarse del fuerte agarre de Bridgette -. No te sueltes, te he extrañado tanto, cuando me entere que te habían expulsado me puse a llorar tres días hasta que convencí a mis padres de que me dejaran acompañarte a París. ¡Llevo casi un mes buscándote! ¿Por qué no contestas mis llamadas?

- Cambie de número.

- ¿Cuál es el nuevo?

- Aun no me lo aprendo de memoria, además como castigo por ser expulsado me quitaron el celular – era una muy grande mentira, sin un celular Gabriel no podría controlar donde se encontraban sus hijos a todas horas y tampoco había cambiado su número, sólo había bloqueado a Bridgette, una mentira piadosa para salvarse de su acosadora no debería una mala acción.

- ¿Quieres saber dónde voy a estudiar?

- No – dijo Félix, mientras le imploraba a todos los dioses de los que había escuchado hablar, que no estuviera en su mismo colegio.

- ¿Por qué eres tan frío con tu novia?

- Porque no tengo una.

- Claro que la tienes, soy yo.

- No somos novios.

- Claro que sí, solo que te estás haciendo el difícil – las manos de Bridgette buscaron su mochila y pareció dejar caer algo en uno de los bolsillos del chaleco de Félix.

- Esa es mi dirección, ven a verme ¿Si?

- Bridgette, tengo que irme si no llego temprano a casa mi padre se molestara – aprovechando que Bridgette aflojo un poco su agarre Félix se apartó rápidamente.

- Dame un beso de despedida.

- No, adiós – dijo alejándose de ella.

Lo único que no le gustaba de Londres, lo había seguido a París, Félix se debatía en si debía conseguir para Bridgette una orden de alejamiento o un exorcismo, quizá mejor un psiquiatra.

Adrien llegó a la mansión poco después de Félix, usualmente es Adrien quien llegaba primero. Desde su habitación lo escucho subir las escaleras, lo saludaría después, en este momento solo quería relajarse leyendo un libro. Pero alguien llamó a su puerta.

- Pasa – dijo Félix sabiendo que se trataba de su hermano.

- Hola – saludo Adrien mientras entraba.

- Hola – le respondió Félix sin levantar la vista del libro.

- ¡Estoy exhausto! – se quejó Adrien dejándose caer en la cama de Félix.

- Tienes ojeras – observó Félix levantando un poco la mirada del libro, las ojeras no eran muy evidentes pero estaban allí.

- Ayer apenas y dormí.

- Creo recordar que te fuiste a dormir temprano.

- Sí bueno, tenía un par de tareas que hacer – Félix asintió y bajó de nuevo los ojos al libro, y así estuvieron un buen rato hasta que Adrien habló de nuevo.

- ¿A ti te gusta alguien? – le preguntó sorpresivamente, Félix sintió un momento sus mejillas arder y le vinieron a la mente unos ojos azules, escondió su gesto avergonzado detrás del libro.

- ¿A qué se debe tu pregunta? ¿Quieres algún consejo? – desvió el tema.

- Algo así, la chica que me gusta pasa completamente de mí.

- ¿Alguna compañera del colegio? – preguntó Félix, cuando sintió que las mejillas ya no le ardían, bajo el libro, lo dejo a un lado y metió las manos a los bolsillos.

- No, la conocí por casualidad, le he dicho que me gusta miles de veces pero ella sigue repitiendo que le gusta alguien más - luego de esa descripción el rostro de Bridgette apareció en la mente de Félix.

- ¿No estás siendo asfixiante? Hay gente que no le gusta que le acosen, la mayoría.

- ¿Crees que podría ser eso? Aunque solo se lo mencionó de vez en cuando.

- ¿Cuánto es de vez en cuando para ti?

- Unas tres veces cada vez que nos vemos.

- Cambia de estrategia, yo de ella te evitaría -. Adrien suspiro y apoyó la cabeza sobre sus manos.

- ¿Pero entonces cómo debería acercarme?

- Deja que las cosas fluyan con naturalidad, si compagináis bien las cosas se darán solas.

- ¿Pero y si no?

- Pues al menos no te habrás ganado una orden de alejamiento.

Gatos NegrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora