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─¿Cómo te llamas?

─Alex.

Ella lo mira preguntándose cómo él podía ser tan frío.

 Marina se había quedado, no estaba dispuesta a irse como si nada.

─Es cierto que tu aguijón tienen veneno.

─Si.

Su palabras eran secas, sin ninguna emoción,y su rostro se mantiene limpio sin gesto alguno.

─¿Porque eres tan frío?

El grunge, se notaba que estaba irritado.

─¿Porque tu eres tan pesada?

─No puedes responder una pregunta con otra.

─Yo puedo hacer lo que quiera.

Ella rodé los ojos, el era desesperante.

─¿Qué piensas sobre tus ojos?

─Nada me ayudan a ver.

Ella infla sus cachetes y hace un puchero, que no pasó desapercibido para el.

─No me refiero a eso, dijo te gusta sus colores.

El la mira ya harto de la situación de las preguntas que nunca paraban.

─¿Porque te importan tanto son solo ojos?

El pudo ver la mirada de tristeza que le dirigió, por un momento sintió un poco de culpa por sus palabras tan duras.

─Es que de donde vengo no les gustaba el color, decian que era muy feos los colores, ya que ellos preferían los colores más llamativos, pero nunca me importo ya que los amaba, ¿digo como no amarlos? , gracias a ellos podría encontrarte, y supuse que a ti también te gustarían, pero ya veo que no.

Susura.

El se sentia mal, sentia que era la peor persona del océano, realmente nunca le importo los colores, digo son colores, pero para ella era mucho más que unos colores, eran algo que amaba con su corazón y que defendió a muerte.

─Pero no importa si tu lo haces es algo que no tiene importancia...

Pero el no dejó que terminara.

─Yo también los aprecio.

Ella lo mira hasta que le sonríe,y como si nunca hubiera estado los sentimientos de culpa hay el se sintió mucho mejor.

¿MI PAREJA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora