~5 capítulo~

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Se calló para dejarme hablar.

-Yo tengo mis clases, no me pierdo ninguna¿Entendido? Ni una. Por la tarde voy al gimnasio, a partir de la cinco no me vas a encontrar en la universidad, para cenar voy con mi mejor amiga, Olivia. Así que al de la entrada ya le dices que me va a dejar entrar y salir de aquí sin hacer preguntas, voy a ir a por mis cosas, voy a ponerlas en su sitio y no me volverás a ver hasta la noche, adiós.
Me fui de allí para coger mis cosas de la habitación 104, luego me iría al gimnasio y si el facciones bonitas, digo Tarifa, esta despierto tendría un interrogatorio por delante, y a lo mejor tengo problemas con el de la entrada, vaya día tuve.

Narra Tarifa

Se largó y me dejó con la palabra en la boca.
Por la noche, sinceramente no se a que hora iba a llegar, no se libraría de unas cuantas preguntas.
-Oye Javi, si ves a Laia salir y entrar a cualquier hora, no le digas nada- efectivamente llamé a Javi.
-Pero...-siempre hubieron peros.
-Ni peros ni hostias, la dejas y ya- le dije con un poco de agresividad.
-Entendido-afirmó él.
No le di más vueltas y bajé a comer al salón, que le decimos.

Caminando por el pasillo me vino olor a pizza.
-¿Pizza?- pregunté asomando me la puerta.
-Pizza- me confirmó Shoot.
Cuando vieron que venía solo me preguntaron lo que quería evitar contestar.
-¿Se a negado?-pregunta Logan con tono burlón.
-No, no se a negado, pero a puesto sus propias reglas-dije mientras cogía un trozo de pizza normalizando la situación.
-Te va a dar guerra-confiesa Viruzz.
-¿Pero no va a venir a comer?-pregunta Salva.
-No, ni hoy, ni nunca, creo- dije dudando de mis palabras comiendo mi pizza tranquilamente.
Dejaron el tema ya que vieron no tenía muchas ganas de hablar.

Volví a la habitación, se suponía que Laia ya había trasladado todo a esta, pero solo vi una mochila negra.
En ella había poca ropa, unas nike, auriculares, un cargador, llaves y lo que parecía una libreta.
La mochila estaba abierta, se veía que faltaban cosas.

Pasé la tarde aburrido, mañana se volvería a celebrar la tercera puja, faltarían dos más.
Pero como Viruzz hoy, no podría asistir a las siguientes.

Fui a cenar y la misma pregunta de ese mediodía.
-¿No va a venir?-pregunta Salva.
-No, ni hoy, ni nunca-contesté seco.

Al llegar a la habitación las luces estaban encendidas y al adentrarme más pude ver una figura femenina en ropa interior y con el pelo mojado rebuscando algo en su mochila.
-Hola-dijo sin levantar la vista.
-¿Te tapas un poco? Hace frío- le pregunté.
-No tengo nada para dormir- dijo obvia.
-Toma- dije rebuscando en mi armario para seguidamente lanzarle una camiseta que le viniese grande -es mía, ponte la.
-Dirás que es mía- dijo corrigiendo mis palabras con una sonrisa de orgullo.
-Genial, una camiseta menos- dijo riendo y a la vez rodando los ojos, ella solo rió.
Una sonrisa blanca y pura, aún me pregunto que historia hay detrás de esos ojos indiferentes tan apagados y ese rostro tan serio.
-¿Sabes que ahora va a venir un interrogatorio, no?- le pregunto obvio.
-Lo sé- dijo tirándose a la cama con despreocupación.

-¿Dónde has estado?
-En el gimnasio y con Olivia, preguntárselo si quieres.
-¿Años?
-19
-¿Familia?
-Mi madre murió justo cuando yo nací, no pidas perdón, no la llegué a conocer. He crecido rodeada de cinco chicos incluido mi padre en este, cada uno totalmente diferente al otro.
-¿Pasado?
-Bullying, cambio radical y boxeo.
-¿Aficiones?
-Escribir.
-¿Por eso lo de la libreta?- pregunté frunciendo la ceja.
-Chico listo, pero sí, estás en lo cierto.
Hasta aquí la ronda de preguntas, estoy cansada...- dijo bostezando.
-Buenas noches- dije metiéndome  en la cama y cerrando los ojos.
Ignore el hecho de que también se metiese en la cama, no le molestaba, a mi tampoco, tema zanjado.

Me estaba acostumbrando a levantarme todas las mañanas sin ella, sin hablar, sin mirarnos. Nada.
Hoy de cumplían 4 semanas de esta rutina, también celebrabamos la primera reunión con las chicas, y efectivamente Laia no iba a estar, iba a ser un misterio para mas demás.

Me dirigí a la sala con paso acelerado, entré y me senté, era el primero.

Poco a poco fueron entrando los chicos acompañados de sus chicas.
La chica que estaba de pie al lado de Logan le susurró algo al oído, este se giró hacía mí y volvió a sacar el tema de nuevo.
-¿No va a venir?- preguntó juguetón, sabía por donde atacarme.
-Tiene clases-respondí seco.
-¿Ni para esto se las salta?-seguía presionando.
-Al menos la mía tiene cerebro- dije hablando en general.
Todas la chicas se ofendieron y pusieron cara de asco.

Estuvimos hablando de como lo organizariamos todo.

Llegué al piso y me tiré al sofá.
-¿Como a ido?- preguntó Laia saliendo de la cocina con un vaso lleno de agua.
-¡Que susto!¿Que haces aquí?- le pregunto yo también.
-Vivo aquí, ahora, responde- me dijo acercándose a donde estaba mientras se sentaba en el sofá.
-Cuatro tontas muy tontas y asquerosas, lo de todos los años.
-¿Alguna rival posible?
-La de Logan.
-La investigaré.
-Ahora responde me tu- le pedí.
-Olivia se a ido dos semanas con sus padres, por desgracia, me vas a ver más, ahora me voy al gimnasio- dijo cogiendo la mochila y dirigiéndose a la puerta pero paró antes de llegar a abrirla.
Dijo algo que me impactó.
-¿Quieres venirte?
-¿Me dejas?- dije con cierta ilusión.
-Venga vamos, antes de que me arrepienta.
Y salimos por primera vez solos.

Nunca supe decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora