~6 capítulo~

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Narra Laia

, lo invité, raro en mí, pero se lo merecía por haberme aguantado todas esas semanas.

Cuando salimos le guíe a donde tenía la moto aparcada.
-¿Vamos a ir en eso?-me preguntó al verme subir a mi Kawasaki Z900.
-Impone¿Verdad?-le dije juguetona-anda ponte el casco, nunca se sabe.
-Vaya ánimos-dijo poniéndose lo y subiendo a la parte de atrás.

Al ver que estaba distante le cogí las manos y lentamente pasando las por mi cintura hasta volverse a encontrar de nuevo, un escalofrío recorrió su cuerpo haciendo que yo también lo notase.
Le miré de reojo y estaba rojo, entonces no pude evitar reírme.
Antes de que pudiera decir nada arranqué la moto sin previo aviso y me dirigí hasta nuestra destinación, mi querido gimnasio.

Aparque delante de la puerta en el sitio donde ponía mis iniciales: LJ.

-¿Esto es tuyo?-pregunta al ver mis iniciales grabadas en la pared de hormigón.
-Puedes llamarme LJ, me gusta más- digo con indiferencia.
-Vale¿Esto es nuevo?
-No, no lo es, pero solo entras con invitación de gente que venga aquí o del propietario.

Sin perder más tiempo entramos.

Al entrar todo el mundo me vio.
-¡Hola LJ!-dijeron todos.
-Hola a todos chicos-levanté la mano a modo de saludo.
Efectivamente era la única chica d gimnasio.
-LJ¿Pero a quien tenemos aquí?-dijo al ver a Tarifa inspeccionando lo de arriba a bajo.
-Hola E- me saludé.
-

Responde-pidió E.

-Soy Tarifa-respondió por mi.
-¡El novio!-gritaron todos.
-¿LJ?-preguntan desde la puerta, todo el mundo apartó la mirada y volvieron a lo suyo, E (de Eric) miró a la persona que acababa de entrar, Tarifa y yo estábamos al contrario de la puerta, pero de repente Tarifa se tensó, y yo por fin hablé.
-TJ-digo a la vez que me giro para mirarlo a los ojos- ¿Que haces aquí? No es tu día para entrenar.
-El viernes no puedo venir así que he venido hoy-responde.
-Ah vale...-digo no muy convencida.
-¿Ese es nuevo?-preguntó al darse cuenta de la presencia de Tarifa.
-Es el novio de LJ-dice E riéndose.
-E, no ayudas así¡Y no es mi novio!
-¿Como que tu novio?-dijo enfadado.
-No empecemos, siempre asustas a mis amigos- me queje a lo que Tarifa se empezó a preocupar.
-TJ mañana hablamos, pero hoy no, así que, por favor, vete-le pido sin elevar el tono de voz.
-De esta te libras- dice señalando a Tarifa con el dedo índice.

Seguidamente se fue, el día que fuese a casa me iba a caer una...

-Después del numerito vamos a entrenar.
-¿Entonces no es tu novio?-pregunta E.
-No, no lo soy- dijo cansado Tarifa de la situación.
En ese momento todo el mundo volvía a poner la oreja.

Cuando fui al vestuario antes de entrar vi como todos se acercaban a Tarifa para hablar, o al menos eso quería creer.
Salí y vi a Tarifa intacto y enterito, suspire.

Fui hacía Tarifa y le susurre al oído.
-¿Puedo contarles lo de la competición, porfii?-le pedí.
-Valee-me contestó alegremente.
-¡Chicos, atención!- pedí a todos.
Todos se fueron acercando poco a poco.
-¿Sabéis que es el torneo de sumisas?-pregunté dudosa.
-Claro, cada año intentamos entrar pero sin invitación no se puede-respondió E bastante desilusionado.
-¡Pues este año soy una de las sumisas, sorpresa!-grité.
-¡¿Qué?!-respondieron todos.
-Él- dijo E, refiriéndose a Tarifa-¿Es tu amo?- preguntó tartamudeando.
-Sí que lo soy-responde Tarifa con cierto orgullo.
Al escuchar eso, todos se arrodillaron ante él.
-Son unos tontos, dejalos- reí.

Bueno, ahora mismo podéis pensar, no entiendo nada, os cuento.
La competición se llama: torneo de sumisas. Hay una ''sumisa" por cada "amo", la gente viene de otros países pagando solo para poder verlo, aquí en Madrid.

Le dediqué una mirada a Tarifa este me entendió y asintió.
-¡Y estáis todos invitados!-grité super emocionada.
Se miraron entre si y empezaron a gritar como cuando gano un combate.
Me giré y lo vi, con una sonrisa que enamoraba a cualquiera, pero bueno, conmigo no funcionaba.
E se acercó a mi, me cogió del mentón y giró mi cabeza hacía otro lado.
-Cuando acabes tenemos que hablar.
Hice caso omiso y me concentré en el futuro entrenamiento.
-Vas a tener que hacer un duro entrenamiento LJ- dijo Ale.
-Alejandro Sánchez Miranda, cállate- le amenace con el dedo índice.
-Vale, vale, lo que tienes que aguantar- le dijo a Tarifa, este se rió.
-¡Te he escuchado!-le grité, seguidamente le empecé a perseguir por todo el gimnasio.
A los 10 minutos E nos interrumpió.
-Val, ya has calentado ahora a trabajar que es gerundio.
-Ya voy...

Acabé el entrenamiento toda sudada, en cambio Tarifa no hizo nada en absoluto, solo observó.
Subí a la moto poniéndome el casco esperando que el también saliese.

Al fin salió, subió a la moto se puso el casco y antes de arrancar puso sus manos por debajo de mi sudadera negra, agarrándome por la cintura, y tocando mi piel desnuda, increíblemente no le puso ninguna pega al detalle que estuviese sudada, al contrario, parecía que disfrutara escuchando mi respiración aún agitada.
Simplemente lo dejé, hacía un poco de viento, así que se resguardo escondiendo su cabeza entre mi hombro y mi cabeza.
El viento era gélido así que un poco de calor no iba nada mal y menos si no quería pillar un resfriado.
Solo disfruté de ese momento que pocas veces iba a volver a suceder.

Cuando llegamos me dijo que tenía algo que hacer fuera de la habitación, le hice caso, lo único que pensaba en esos momentos era el ducharme. Como estaba cansada subí perezosamente las escaleras, entré a la habitación, dejé la mochila en cualquier lado, y me empecé a desvestir lentamente camino al baño.
Iba a hacerme un baño de burbujas con los que me quedo dormida.

No tenía nada de hambre, solo un cansancio enorme en mi cuerpo.
Apagué el grifo donde corría el agua, metí un pie, esa sensación tan relajante empezaba a invadir mi cuerpo, sin hacerme esperar más me sumergí en esa nube de sueños.

Nunca supe decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora