~14 capítulo~

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-Más que preparada-dije, alcé la cabeza  y volví al habitación a levantar al perezoso de Tarifa para hacer el último entrenamiento antes del día en el que tendré que dar lo mejor de mí y lucir me, tenía ganas de romperle la cara a Lea, simplemente, lo iba a disfrutar, y mucho.

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El día pasó normal, el siguiente también, las cosas estaban tranquilas ya que la gente seguía recuperándose de la noche del baile.

Yo me pasé el día entrenando, E me ayudó y con él, mucha más gente, todos querían que ganase.

Y yo, bueno, iba bien para que mentir.

A día siguiente me levanté abrazada a Tarifa, lo abracé más fuerte y este abrió los ojos poco a poco. 

Fijé mi mirada en su cara de recién levantado, los pequeños rayos de luz que entraban por los diminutos agujeros de las persianas.
-Buenos días princesa-dijo con la voz ronca, una sonrisa y los ojos entre abiertos.

Le sonreí a modo de respuesta y seguidamente me acurruqué en su pecho con la intención de volver a dormir.
-Oye, que hoy es él día, venga levanta.
-Un ratito más-le pedí.
A lo mejor le cogí cariño después de pasar tanto tiempo con él y saber que mañana quizás no volvía a estar así con él, me ponía triste.

Al final lo solté, fui al baño y me duché, puse unos pantalones de boxeo y una camiseta de tirantes en la mochila para luego cambiarme.
Me hice dos trenzas de boxeadora y salí del baño para dirigirnos al ring, o como lo llamo yo, el campo de batalla.

Al llegar allí fuimos al vestuario que anteriormente nos habían asignado, al entrar, me empecé a desnudar para poder cambiarme, sin ningún pudor ya que Tarifa estaba observando en silencio aquellos escena que cualquiera, la llamaría erótica.
-¿Buenas vistas?-le pregunté sarcástica.
-Buenísimas-rió sin alejar su mirada de mi cuerpo, aún desnudo.

Acabé y fue cuando Tarifa volvió a la realidad.

-Solo tengo 2 cosas que decir, no tengas piedad, machaca las y último, que se enteren quien manda aquí-sentenció.

Entonces nos llamaron, salimos por la puerta de los vestuarios todos a la vez. Los focos me cegaron completamente, pero no rechisté.

En las gradas pude divisar a Olivia , que me saludó con la mano derecha captando mi atención, luego pude ver a E y algunos del gimnasio, por último, a mis hermanos quienes llevaron su puño en el corazón para luego alzarlo al cielo, eros nuestro saludo, repetí su acción.

No llegué a ver nada más ya que los focos me dejaban, solo solté un pequeño gruñido guardando toda mi ira para la hora del combate.

Tarifa me tocó la espalda indicándome que debía caminar.
Al llegar al ring y colocarnos en fila, la gente empezó a vitorear.

Un árbitro se colocó en medio y de la nada salió un micrófono típico americano de las películas.
Dictó los nombres de cada una pero no presté atención.
-¡Y por último, ni menos importante, LJ!-gritó, sosteniendo mi muñeco y alzando me el brazo.
Todo el mundo se levantó y me vitoreó.

El primer combate iba a ser con la de Shoot.

Subí al ring y el comentarista habló.
-¡Reglas! No se puede matar ni usar armas de ningún tipo.

Las dos asentimos.

Yo froté mis manos mientras la chica chocaba los puños, noté algo que estaba fuera de lo común, que no era normal, vamos, algo que no tenían que hacer.

El pitido de salida sonó, dando a entender que el combate había empezado.

Me coloqué en posición y vi a la chica muy tranquila, paré, esta se quedó confundida, aproveché y me fui acercando a ella poco a poco, ella se iba alejando de mí porque no sabía mis intenciones.

Cuando estuve lo bastante cerca de ella, enrollé mi pierna en su cintura haciéndole caer a la vez que apoyaba todo mi peso encima de la chica.

Ella no sabía como reaccionar, le cogí de la muñeca doblando la para que no me diese problemas mientras hacía mi trabajo, de mientras la chica me miraba con desprecio oliendo lo siguiente que iba a pasar, le lancé una sonrisa de orgullo sin separar los labios.
Pasé mis manos a su codo para que el brazo no se le dobla se, saqué el guante que anteriormente estaba colocado en su mano cerrada con fuerza, pero pude abrirle la mano y de una estocada, le arrebate el guante de las manos.

Inmediatamente sonó el pitido que anunciaba el final de aquello.

Sinceramente, hubiera preferido ganar justamente, pero la chica no me dio oportunidad para intentarlo.

Tenía unos anillos de metal con los que podría haberme reventado la mandíbula de un solo golpe, solo me estremeció en pensarlo.

Lo que pasó fue que al ver como chocaba los puños oí un sonido metálico, esto lo hace la gente principiante que esta desesperada, al menos así aprendió que las trampas no son buenas, y menos cuando estás conmigo.

El árbitro le hizo una señal a Shoot quien hizo otra señal aclarando que no sabía nada.

Bajó del ring y Shoot empezó a echarle la bronca.

Vino el árbitro y alzó mi mano en señal de victoria, me pasaron a la final por haberme dado cuenta antes de que empezara.

Bajé y Tarifa me felicitó:
-Tenemos un sitio en la final.
-¡Sí!-grité, miré a E y este asintió.

Los tres combages siguientes fueron muy aburridos, les costó mucho ganar ya que todas tenían el mismo nivel, en absolutamente todo, lo único que hacía era estar en la silla dándole vueltas a mi botella de agua y a veces dándole unos tragos.

Quedamos Lea y yo, increíble, no sabía como lo había conseguido, pero estaba en la final.

Hubo un pequeño descanso así que Tarifa y yo aprovechamos para ir al vestuario.
-LJ, machaca la-pidió.
-Claramente que lo haré-solté, lo abracé.
-Suerte-dijo aceptando el abrazo.

Salí y subí al ring junto a ella.

Sonó el pitido, en ese preciso momento, me arrepentí de muchísimas cosas.

Nunca supe decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora