3. Cartas y rosas que madrugan, corazón roto que respira.

185 11 0
                                    

(2 meses después)

Esa mañana Hermione bajo con el resto de sus amigos a desayunar. Se sentaron en la mesa de los profesores, aunque les seguía entrando una rara sensación, está no era tan fuerte  como aquella noche dos meses antes. Un rato después comenzaron a llegar las lechuzas con el correo. Entonces una lechuza color canela con ojos verdes y motas color chocolate en sus plumas, y que llevaba atada una carta y una rosa roja en la pata se posó frente a Hermione. Ahora que Hermione se fijaba, Draco no estaba allí. Cogió la carta y la rosa, que olió antes de leer el pequeño trozo de pergamino, escrito con tinta roja, con perfecta caligrafía y ortografía impecable.

Del año la primera rosa

Aunque no la más preciosa

Siempre es para la más hermosa

La nota le pareció preciosa. Ese día no iba a ver a Draco hasta la hora del almuerzo, eso si no iba a verle en ese momento a la torre. Cogió un par de tostadas para llevárselas al rubio muchacho. No le iba a decir nada de que sabía que las notas eran de él, pero quería verle y así aprovechaba y metía la rosa en un jarrón con agua.

Cuando llegó llamó a la puerta.

-          Hola Draco…- dijo tímidamente abriendo la puerta.

-          Hola Herms, pasa, ¿Qué quieres?

-          Te traje unas tostadas para que desayunes.

-          Gracias.- dijo el muchacho viendo que la muchacha tenía una rosa en la mano.- ¿y esa flor?

-          Nada, la voy a poner en agua.

Fue a su habitación, hizo aparecer un jarrón y luego metió agua en él, y a continuación colocó la rosa.

La mañana siguiente Draco tampoco bajó a desayunar, la misma lechuza del día anterior llego con otra nota, esta vez la rosa que traía era azul.

Rosa flor hermosa

Nada la iguala

Y esta hermosa rosa

Es para ti, preciosa.

<<Qué bonita rima>> pensó Hermione al leerla. Esta vez cogió gofres para llevarle a Draco. Salió del comedor y se dirigió a su torre. Entro en su habitación y dejó la rosa azul de ese día con la roja del anterior. Luego entró en la habitación de Draco.

-          Buen día

-          Buen día Granger.

-          Te traje gofres. ¿Por qué no bajas a desayunar?

-          Por nada en especial. Siéntate.

Hermione se sentó en la cama, delante de Draco, quien anotaba cosas en un pergamino y de vez en cuando (la verdad es que bastante a menudo) arrancaba un trozo de pergamino, lo arrugaba haciendo una bola y lo tiraba al suelo.

-          ¿Qué haces?

-          Nada, intento escribir una cosa que se me ocurrió anoche pero no me acuerdo de cómo era exactamente.

(2 semanas más tarde)

De aquellas dos semanas Draco no había bajado a desayunar, y Hermione había seguido recibiendo cartas y rosas, ya había comenzado a llenar su segundo jarrón.  La lechuza color canela entró por la ventana, y en ese momento Draco entró en el comedor.

No todo lo que brilla es oro

Tus ojos brillan más que todo

<<Por fin veo su sonrisa>>pensó Draco, viendo sonreír a Hermione mientras leía la nota.

los polos iguales se repelenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora