4. UN CORAZÓN NO ARREGLA OTRO PERO QUITA SU TRISTEZA.

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A Hermione le resbaló una lágrima por la mejilla de la emoción. Abrazó a Draco que estaba al lado suyo, entonces ambos comenzaron a reír.

-          Herms… ¿la profesora McGonagall te deja hacer el baile?

-          Sí, ya lo tengo todo preparado todo el colegio lo debe saber ya, colgué varios carteles esta mañana antes de venir.

-          Perfecto.

De repente una niña de tercero se les acercó.

-          Hermione ¿de verdad has organizado un baile?

-          Si corre… busca pareja o no podrás bailar la canción lenta acompañada…

-          De acuerdo- dijo la muchacha, acercándose a Harry.- Harry ¿vienes conmigo?

-          Lo siento Julen, pero ya voy con Ginny. Pero si quieres bailo algo contigo.

-          ¡Gracias!- dijo emocionada la chica.

Todos los amigos de Harry y Hermione que estaban allí rieron a carcajadas cuando la niña salió de allí corriendo.

-          Draco…- dijo Hermione.

-          Espera Herms… quería preguntarte si vendrías conmigo al baile.

-          Claro Draco, si yo iba a preguntarte eso mismo…- dijo Hermione riendo.

-          Ah… bueno, siento haberte interrumpido- dijo Draco riendo en tono avergonzado.

Todos volvieron a reír. Hermione se fue sonriente saltando ligeramente hacía el jardín con el ramillete de rosas rojas y el pergamino con los poemas en la mano derecha, se la veía muy feliz, muy, muy feliz.

-          Herms, ¡espérame!- grito Ginny corriendo detrás de ella.

-          ¡Te espero fuera!- grito Hermione eufórica.

Ginny siguió corriendo, hasta que alcanzó a Hermione.

-          ¿me ayudas a arreglarme Herms?

-          Claro, ven.

Desde el comedor los chicos pudieron ver pasar a Hermione corriendo agarrando a Ginny quien iba con dificultad tras ella.

Hermione metió a Ginny en su habitación, sacó una maleta de mediano tamaño de color purpura que tenía grabada la palabra Vestidos en la tapa. La abrió lentamente dejando poco a poco una decena de vestidos de gala preciosos.

-          ¡Ole!- dijo Ginny asombrada.

-          Toma ponte esto.

Ginny miro el vestido con asombro. Era un precioso palabra de honor e falda larga color rosa chicle y la "camiseta" negra, con un bonito cinturón de pedrería.

-          Herms…

-          ¿sí?

-          ¿A quién le has robado esto?

-          Ginny… no seas tonta, estos vestidos son míos…

Luego sacó unos bonitos zapatos negros de tacón de 6 cm.

-          Siéntate- le dijo ofreciéndole un silla. Después de la maleta saco dos neceseres. Comenzó a peinar a Ginny y la hizo un moño de medio lado y medio suelto .luego la maquilló.

los polos iguales se repelenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora