peach puff

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—Eso no es posible —bufó Stiles, poniendo los ojos en blanco—

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—Eso no es posible —bufó Stiles, poniendo los ojos en blanco—. Dijiste que eras humana.

—Porque lo soy —insistió Giselle—. No es como si de repente tomara mi escoba y me volviera verde. Solo soy una persona, humana, que hace hechicería. No es la gran cosa. 

—¿Cómo es posible? —jadeó Derek.

—Bueno, tú fuiste el que me llevaste a New Orleans y me dejaste con las amigas de mamá —Giselle estaba comenzando a sentirse atacada.

—¡Porque pensé eran monjas!

—¿Desde cuándo las monjas no pueden ser brujas? —Exclamó Giselle, bufando y cruzando de brazos, mirando a Isaac—. ¿Quieres mi ayuda? —Isaac asintió—. Bien. Necesito una tina, hielos, parte de árbol de los cuarenta escudos, centella asiática, hojas de menta, trébol rojo, hojas de romero, parte de raíz de jengibre y...

—¿Stevia? —completó Isaac por ella. Giselle asintió, sonriendo.

—Exactamente —por un instante, nadie se movió—. ¿Qué? ¿No dijeron que era urgente? ¡A trabajar! 

🌈 🌈 🌈

Giselle repasaba las líneas de su grimorio, tratando de aprenderse el hechizo frente a ella, mientras los chicos llenaban la bañera con hielo. El único lugar donde encontraron una bañera tan grande había sido en la veterinaria, y según la habían puesto al tanto, el veterinario sabía bastante de lo sobrenatural. Por esa razón, no se sintió extrañada cuando se acercó a ella cuando trataba de memorizar sus líneas.

—Es un hechizo que puede tornarse complicado —señaló Deaton. Giselle asintió.

—Lo sé.

Isaac se despojó de su ropa, y tomó la taza que Scott le pasó. Tragó el líquido, haciendo una mueca. Giselle por su parte, finalizó su parte del té e hizo ademán para que Isaac se metiera a la bañera llena de hielo y hierbas.

Giselle intentó ignorar a Stiles sobre su hombro, observando con curiosidad cada movimiento, y se sentó en el banco al lado de la bañera. Entrelazó su mano con la de Isaac, ya sumergido en el agua, y comenzó a concentrarse.

Intensificó su atención en el área entre sus ojos, donde está el chakra del tercer ojo. Imaginó una luz violeta comenzando a extenderse y comenzó a murmurar:

—Divina virtute centrum memorias. Volo video vidi quae fiunt et quid fiet. Fiat mihi videre memorias. Utere me ut iungo. Divina virtute centrum memorias. Volo video vidi quae fiunt et quid fiet. Fiat mihi videre memorias. Utere me ut iungo.

🌈 🌈 🌈

Por un instante, Giselle pudo ver dentro de la mente de Isaac. Era una espectadora invisible más, pero también podía sentir lo que él sentía. En ese momento, por ejemplo, estaba asustado.

sleepover |teen wolf|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora