dark olive green

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Giselle captó a Allison antes que entrara al salón donde era detención

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Giselle captó a Allison antes que entrara al salón donde era detención. Frunció el ceño, viendo que estaba en el marco de la puesta, paralizada.

—¿Por qué no entras? —preguntó Giselle, confundida. Allison dio un pequeño brinco. Claramente estaba perdida en sus pensamientos y Giselle la había sorprendido.

—Isaac está adentro —susurró Allison, sabiendo que éste tenía audición avanzada. Giselle ladeó la cabeza.

—¿Y?

—Nos vio en la escuela la otra noche —le recordó.

—Oh, pero Isaac no dirá nada —le aseguró Giselle, restándole importancia. Allison suspiró, negando con la cabeza.

—Traté de matarlo una vez —admitió, haciendo una mueca—. Desde entonces las cosas han sido incómodas entre los dos.

—Oh —respondió, sin saber qué más añadir. Se relamió los labios, se acomodó los lentes, y dijo—: Sí, eso suena como algo incómodo.

Eso sirvió para que Allison se relajara. Soltó una carcajada, y volteó a ver a Giselle.

—Sí, es incómodo —asintió. Giselle parpadeó. La sonrisa de Allison la distraía. Cuando sonreía, todo su rostro se iluminaba. Se veía hermosa.

Armándose de valor, la tomó de la mano.

—Ven —le dijo suavemente—. No puede ser tan malo.

Allison la siguió, ignorando el extraño sentimiento que la recorría, y el vacío en su pecho cuando Giselle soltó su mano para sentarse. 

—Ustedes dos lavarán todas las pizarras de este pasillo —indicó el profesor de química, Harris, señalando a unos chicos—. Ustedes reacomodarán la biblioteca —señaló a Giselle y otro chico—. Y ustedes surtirán el armario del conserje —dijo finalmente, señalando a Allison y a Isaac.

Isaac inmediatamente volteó a ver a Giselle. Ésta se encogió de hombros, sin saber qué decirle. Isaac se puso de pie.

—Uh, ¿Sr. Harris? —Lo llamó—. ¿No podemos Giselle y yo intercambiar parejas?

—Ahora que sé que preferirías eso, no.

Giselle supo que algo andaba mal cuando terminó de ordenar la biblioteca y aún Allison no había regresado. Recordó la advertencia de Scott sobre los gemelos y aunque intuía estaba exagerando, algo le decía que Allison estaba en problemas.

Fue hasta el armario del conserje, y descubrió que la puerta estaba bloqueada por una máquina expendedora que podía apostar había sido colocada aquí a propósito Cuando escuchó un gruñido de hombre lobo dentro del diminuto espacio del armario, seguido del grito desesperado y asustado de Allison, supo que tenía que actuar.

—Oh, Hécate, reina de la hechicería y lo maldito, concédeme la fuerza de Hércules —murmuró Giselle por lo bajo, concentrándose en formar con la mente únicamente una bola de energía blanca, extendiéndola por su cabeza—. Sicut magicae vires corporis fit ab intus, Sicut magicae vires corporis fit ab intus, Sicut magicae vires corporis fit ab intus.

sleepover |teen wolf|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora