Capitulo 6.

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- ¡Por ahí siganla, no dejen que escape!.- Esas voces, los caballeros del infierno se acercaban a mi rapidamente y no podia permitir queme atraparan.

Mis pies a esas alturas dolían si no fuera por el piso frio y mis pasos firmes, no sentiría ese ardor en ellos. Tampoco llevaba zapatos.

Llevaba casi 10 pisos lo que para mi eran 30 en realidad eran 10. No iba a dejar que me atraparan esos desquiciados. 

Con sus malditas agujas..

Se lo que esas cosas le hacen a la gente les atraviesan la piel, sacan tu sangre, te inyectan veneno, esas cosas horribles jamas me gustaron una de esas puede contagiarte sida.

- ¡Daen!.- Esa voz. ¿Que hacia el aqui? No tenia ni tiene porque estar junto a mi.- Detente.- bajo la escalera de arriba atrapandome en el pasillo.

- Ni loca no voy a dejar queme atraviesen nada.- negué rápidamente desde que llegue aqui he estado muy inestable y eso no era para nada bueno.

- Por favor solo van a sacarte sangre.- Se acerco lentamente a mi.- Vamos yo estare contigo.

Odiaba cuando hablaba suavemente siempre me molesto ese tono de el y esa no era la excepción. El transmitía paz que sus palabras. Esa paz.

Que nunca sentía..

- ¡Alejate!.- Me negue a ese sentimiento como a los demás que no queria sentir por el.

- Daen por favor respira.- Se acercaba a mi lentamente eso solo hacia que me alejara ¿Porque el no lo entendía?.- Toma mi mano.

- No.. muevete vas a entregarme a ellos.- Mi respiración seguia agitada escuchaba sus pasos y sus voces.

Odio los hospitales..

- Te lo prometo.- Escuchaba sus voces más y más cerca.- Solo toma mi mano.

Se acerco hasta que quedamos frente a frente observandonos, yo viendo sus ojos tan bonitos como la miel, la primavera, lo más hermoso que he visto con ese brillo en sus ojos que nunca se le quita esa paz que emana de su cuerpo.

- ¡Ahí esta!.- Una aguja atraveso mi brazo, mi vista comenzaba a nublarse.

- T-traidor.- mi voz sonaba algo debil una sonrisa rota broto de mis labios.

La conozco bien esa sonrisa aun tengo esas marcas de la pequeña Daen aquella niña tímida y miedosa.

No pasaría de nuevo..

**

- ¿Ya me puedo largar de aqui?.- mi brazos aún seguían cruzados en mi pecho observando a los presentes como niña regañada y a la vez furiosa.

Tal vez no era correcto mirarlos así menos en este momento pero detesto tanto estar aqui escuchando sermones del doctor y de todos ellos.

- Tengo cosas importantes que hacer.- mi mirada volo como un cohete al chico en la puerta.- Cariño se que me necesitas en tu cama pero creo que no voy a poder otro día será.- le lance un beso.- Saludame a Tiff!.

Una risa venenosa salir de mis labios no es que fuera asi de venevolente solo no podía dejarlo saber que la verdadera yo. O al menos una parte, era la que habia visto en la escalera hace horas, minutos, días.

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