Casualidades del destino » Scorly. *PAUSADA TEMPORALMENTE*

Uno || Huir.

Capítulo 1
Huir.

¿Alguna vez han estado escondidos debajo de la cama de alguien? Porque si no lo han hecho, no se los recomiendo. Y mucho menos si es debajo de la cama de la novia de tu hermano.

Albus nos había arrastrado a mí y a Alina a la casa de Lydia Hall, su novia; cumplía años y había organizado una pequeña fiesta en su casa con sus amigos más cercanos de Hogwarts. ¿Qué hacía yo aquí? Pues según Albus a Lydia le gustaría entablentar una relación más fuerte conmigo, ya que soy su hermana menor.

No me malinterpreten, no es que no quiera, Lydia era una chica muy simpática y me caía muy bien, ¡pero ahora estaba escondida abajo de su cama escuchando una conversación que estaba segura que no tenía que estar escuchando! ¡Y yo solo estaba buscando el baño!

— Debes decírselo, Scorpius — dijo la suave voz de Lydia.

— Es imposible, ella no quiere saber nada de mí.

— ¿Se lo has dicho?

— ¿Qué?

— Pues tus sentimientos hacia ella.

— Pues... no... ¡No me mires así! ¡Ella debe de saberlo!

— ¡Las mujeres no somos adivinas!

No... por favor no, no en este momento.... oh bien, Perfecto, ¡tengo tan mala suer...!

Mis pensamientos fueron interrumpidos por un estornudo que me fue inevitable evitar, las voces de ambos chicos cesaron y mi cuerpo se tensó por completo cuando la cabellera rubia del mejor amigo de mi hermano se asomó abajo de la cama.

Scorpius alzó una ceja divertido y yo no pude evitar esbozar una nerviosa sonrisa como si fuera una niña pequeña que no rompe ni un plato, aunque tanto él como yo sabíamos que no era así.

— Sal de ahí, Lily.

Estaba segura que en este momento mi cara era del mismo color de mi cabello, lo sabía porque la sentía arder. Cuando salí de abajo de la cama Scorpius me miraba con los brazos cruzados en el pecho y una sonrisa divertida; me detuve unos segundos más de los que debería en sus brazos y después observé a Lydia la cual me miraba confundida pero de igual manera sonreía.

— Bueno — dijo Lydia mientras veía la puerta de su recámara —. Seguro se están preguntando por qué la cumpleañera no está presente en su propia fiesta, ¿no?

Y tras decir eso salió corriendo de su recámara dejándonos solos, solté un suspiro y caminé hacia la puerta pensando en seguir la misma rutina que ella, ya hasta mis ganas de orinar se habían esfumando. Sin embargo antes de poder salir el brazo de Scorpius hizo acto de presencia a lado de mi cara, cerrando la puerta y evitando que pudiera salir.

Me crucé de brazos y lo volteé a ver mostrándole claramente mi enojo.

Últimamente Scorpius estaba muy raro conmigo, desde que Malia tuvo que alejarse de todos gracias a la peligrosa y escalofriante sombra que la perseguía y que resultó ser la hija perdida de Bellatrix Lestrange, Scorpius se acercaba a mí constantemente para preguntarme por Malia. Sin embargo, hubo un momento en que Scorpius me seguía a todos lados como un molesto chicle pegado en la suela de tu zapato en pleno verano.