9. La abuela Mebuki

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8 años

Decir que estaba satisfecho es quedarse corto, Shinachiku Uzumaki estaba más que satisfecho. Su estomago, inflado como una pelota, denotaba que estaba a reventar de comida.

Y es que aquella tarde luego de salir de la academia había decidido ir a almorzar con su abuela Mebuki Haruno, quien amablemente le había dispuesto de un muy, pero muy buen almuerzo en su casa.

Prácticamente la mujer se había vuelto loca cuando lo vio al abrirle la puerta, inmediatamente se encerró en la cocina y a voz de grito le dijo que se quedara en la sala con su abuelo, que no había suficiente comida y que esperara.

—No es necesario —intento convencerla el niño rubio acercándose hasta donde ella estaba— Abuela..

—Yo que tú no lo haría —le advirtió su abuelo— A menos que quieras que te de con la sartén en la cabeza.

El rubio negó con la cabeza energéticamente, para sartenazos en la cabeza ya estaba su madre.

—¡Vengan a comer!

Les llamo luego de unas dos horas encerrada en la pequeña y acogedora cocina. En la mesa central había todo tipo de comida y en abundancia, ni siquiera en la cena navidad había visto tanta comida junta.

—¡Itadikamasu!

Al principio el joven Uzumaki y su abuelo comían con energía lo que su abuela les servia, todo estaba delicioso más sin embargo al llegar el cuarto plato de comida la cosa empezó a cambiar y es que el chico ya estaba mas que satisfecho. Además de que su abuelo se había dado por vencido a la mitad del segundo plato.

Incluso tuvieron que arrastrarlo hasta el salón, ya que su mujer se quejaba de que estaba babeando toda la comida de la mesa.

Shina no podría culparlo por desmayarse, los platos eran más grandes de lo normal y Mebuki los rellenaba hasta formar una pequeña montaña de comida.

—Abuela no quiero más.

—No, tu debes comer —le regaño ella cuando Shinachiku dijo estar satisfecho— ¡Estas muy flaco mi niño, necesitas comer más!.

—Pero abuela.. ya estoy satisfecho —intento convencerla el chico palpando su ya abultado estómago— De verdad que ya estoy satisfecho.

—De eso nada, tu comete eso —señalo la mujer el plato repleto de comida que recién le había servido— Cómetelo mientras yo te preparo unos huevos fritos, que ya se te ha enfriado la otra comida.

—¿¡Más comida?! —exclamo al borde del pánico Shinachiku, el pobre ya sentía el vomito en la garganta.

Como su padre Shinachiku era un gran barril sin fondo, podía presumir de siempre tener espacio para el postre pero cuando pisaba la casa de sus queridos abuelos.. allí la cosa era otro cantar.

Vio como su abuela preparaba una sartén al fuego y como acercaba un par de huevos para romperlos y freírlos. Amaba a su abuela pero.. ¡Definitivamente no almorzaría con ella nunca mas!.

—Ahora entiendo porque el abuelo esta tan regordete —pensaba Shinachiku— Menuda mujer que no para de cocinar.

—¡Uzumaki Shinachiku comete eso o me molestare! —grito su abuela al tiempo que lo señalaba con una espátula manchada en aceite caliente.

Y Shinachiku obedeció pues sabia de sobra que el carácter de su abuela era el mismo que el de su madre, si se enojaba.. el mundo se acababa.

Kami-sama sálvame de una diarrea crónica y de vomitar por horas —pensó Shinachiku mientras juntaba las manos en forma de oración— Estoy en tus manos.. ¡Allá vamos!  

Y sin mas remedio comió y comió, el pobre muchacho no paro de comer hasta entrada la noche. Cuando Naruto fue luego del trabajo a recogerlo se sorprendió, había comida reposada en cada superficie existente de la casa, su suegro estaba tirado en el sofá con cara de náuseas y parecía estar en medio de un coma etílico mientras que su suegra estaba en la cocina con su hijo.

El cual no tenía buena cara.

—Shina —llamó su padre preocupado al verle la cara y el color verde que pintaba su piel, se acercó hasta el y se agachó a su altura mientras le media la temperatura a ver si estaba enfermo.

—¡Naruto, llegas justo a tiempo para cenar! —se alegró Mebuki al verlo entrar por la puerta— Estoy haciendo fideos y puedo hacerte un poco de cerdo asado si quieres..

—No es necesario Mebuki–san además Shina..

—¡No digas tonterías! —le regañó la mujer— Te quedarás a cenar y Shina–kun también.

—Shina se ve muy mal y seria mejor si lo llevo con Sakura–chan para...

—De eso nada, se quedarán.

—Pero..

—Papá—susurró débilmente el niño interrumpiéndolo mientras le jalaba la camisa para acercarlo y que pudiera escucharle— ¡CORRE!

—¿He?

—¡La comida está lista!

••••

Holaaa!

Pues este capítulo es uno de los viejos que escribí hace mucho tiempo, tiene algunas modificaciones pero intente dejarlo prácticamente igual ya que me ha hecho gracia😁

Gracias por leer!

Momentos de Shinachiku UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora