BAJO EL HECHIZO DEL DRAGÓN [BNIOR]

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Jaebeom

La mañana en que los solicitantes fueron a la clínica, tuve el placer absoluto de llevar a mi madre a almorzar. Se había convertido en alguna tradición familiar después de que mi padre nos hubiera dejado. Cada primer domingo del mes, salimos a comer juntos. Era algo que ella había hecho con mi padre en los primeros días, y después de que él se fuera, a menudo sentí una cierta clase de tristeza en ella en esos días. Así que un mes, yo me había encargado de invitarla a salir, así ella podría detener el parecer tan miserable.

Con el tiempo se había convertido en una cosa que ninguno de nosotros pudo detener fácilmente, incluso cuando no estábamos en las mejores condiciones entre sí.

Había sido durante un almuerzo de domingo que mi madre había propuesto por primera vez sus planes de encontrar un compañero para mí también.

El almuerzo de hoy empezó bastante bien. Durante la primera media hora o así, mientras comíamos, fingimos que no teníamos cuatro hombres prácticamente extraños viviendo en nuestra casa de vacaciones con el objetivo de determinar con quién de ellos debería acostarme para producir un heredero.

El bendito silencio no podía durar para siempre, por supuesto.

Efectivamente, mi madre empezó a hablar de su tema favorito una vez que había terminado su primera taza de café.

-¿Tienes un favorito, querido? – Preguntó.

- ¿Y si lo tengo? – repuse, no creyendo que mi opinión sobre este asunto fuera de suma importancia para ella.

- Bueno, podría ser bueno saber si lo tienes. Aunque supongo que no hay ningún uso real hablar de ello hasta que conozcamos los resultados del chequeo, aunque me gustaría saber si tu actitud hacia los seres humanos ha cambiado.

¿Lo había hecho? Quizás. Por lo menos estaba empezando a considerar que podría haber excepciones que eran dignos de mi tiempo, incluso si la mayoría de los humanos no lo eran.

- ¿Cómo fue tu cita la noche pasada? – Preguntó mamá cuando no respondí.

- Me lo pasé bien anoche – dije. 

Por supuesto, mi madre se refería a mi cita con Youngjae, mientras yo pensaba únicamente en el tiempo que pasé con Jinyoung después de cumplir mis obligaciones. Mi tiempo con Youngjae no había sido horrible, ¿pero todo lo que había pasado después?

Nunca había pensado que sentiría ningún tipo de conexión con un humano, pero Jinyoung... lentamente cambió la forma en que yo veía el mundo.

-No te oí venir a casa anoche – Madre levantó una ceja hacia mí – ¿Te quedaste fuera hasta tarde? Paul me informó que Youngjae llegó a casa antes de que lo hicieras tú – Lo dijo como si fuera un crimen dejar que tu cita fuera a casa sin ti.

-Lo acompañé hasta aquí. Pero no entré con él. Salí a la ciudad a tomar una copa – No tiene sentido esconder ese hecho. Era un adulto. Se me permitía una bebida de vez en cuando.

-Ya veo. ¿Es eso todo lo que pasó anoche después de tu cita?

Le disparé una sonrisa. Mi madre, siempre tan sospechosa. Ella me conocía demasiado bien.

-Es todo lo que voy a contarte – dije.

- Muy bien – Con un suspiro, se sirvió otro café.

Después de eso, dejó de preguntar acerca de mis preferencias con respecto a los solicitantes. Tal vez comprendió que no tenía nada importante que decir sobre el tema, al menos no para ella.

Fue hacia el final de nuestro tiempo juntos que mi madre recibió una llamada telefónica de nuestro médico, pidiéndonos que fuéramos a la clínica para escuchar los resultados de las pruebas que se habían hecho hoy.