—¡No puede quedarse aquí, ya nos ha traído demasiados problemas! —espetó una voz que Grisam no supo identificar.
—No, padre, esto no es discutible —replicó una segunda voz con tono más autoritario que la primera—. Ella se queda aquí y yo me quedaré a su lado.Trató de abrir los ojos, pero aún estaba muy desorientado y solo de pensarlo la cabeza ya le retumbaba.
—Eres un idiota. Tenías un sitio junto a los dioses y ahora tendrás suerte si no te esclavizan. Tienes que escapar si quieres tener futuro... mira, si quieres podemos llevarnos a tu maldita novia con nosotros, pero marchémonos. Coge solo lo indispensable, el resto lo dejaremos para cuando vuelva tu madre con su ejército de fanáticos.
—¿Desde cuando te preocupo yo?
—¡Desde siempre, niñato estúpido! Si he sido tan intransigente contigo es porque quería protegerte.
—¿Portegerme de qué? ¿De ser libre?
—Sigues siendo tan idiota como cuando eras un crío, pero no voy a discutir contigo sobre eso. Nos llevaremos toda la fortuna que nos quepa en los bolsillos y nos fugaremos.
—No. Los lanchis nunca vuelven con las manos vacías, ¿sabes lo que harían con la gente que vive aquí si no hay nadie que pueda protegerla? La someterían con sus poderes telepáticos y la usarían como esclavos descerebrados de por vida.
—¿Lo mismo que le llevan haciendo a nuestra familia desde tu nacimiento? ¡Empaqueta tus puñeteras cosas de una buena vez!
—¡No! ¡Suéltame si no quieres que te golpee!
Se hizo silencio por unos segundos.
—¡Agh!
—Te lo advertí, padre. No me voy a mover de aquí, la gente de este lugar merece algo más que lo que les va a ocurrir por mi culpa, si me buscan me van a encontrar listo para luchar. Márchate tú y llévate la fortuna que puedas, para lo que me espera no la voy a necesitar.
—Has enloquecido... ¡ya has visto de lo que es capaz un solo lanchi! ¡Mira la puta casa que tienes alrededor, está hecha añicos! ¿Puedes solamente imaginar lo que podrían hacer el resto de su especie si decidiesen atacar? Es mejor dejar la aldea como carnaza y salvarnos nosotros.
—Por supuesto que sé de lo que son capaces y que no tendré la más mínima oportunidad de victoria, pero también sé como tratan a los humanos y que no voy a permitir que a más personas les laven el cerebro y les borren la identidad como a mamá. No vas a cambiar mi opinión, este es el camino que he elegido y si intentas apartarme de él, entonces tendré que pasarte por encima.
—No puedes estar hablando en serio.
—No he hablado más en serio en toda mi vida. O estás conmigo o estás contra mi.
—Está bien, hijo... haz lo que quieras.
Tras eso se hizo el silencio y Grisam se volvió a dormir profundamente.
Cuando volvió a despertar el dolor de cabeza había remitido, al menos parcialmente, pero aún se seguía sintiendo débil... y hambriento, extremadamente hambriento, mas no de comida: necesitaba sangre.
Notaba cada músculo, cada fibra de su empalidecido y lánguido cuerpo en completa tensión por la ausencia de ese líquido que los alimentaba, estaban completamente agarrotados y endurecidos como la tierra seca que no se riega. Sus dedos temblaban igual que lo harían los de un anciano y su cuerpo entero estaba bañado por un pegajoso e incómodo sudor que había empapado hasta la ropa que llevaba puesta, aún a pesar de que también percibía un profundo frío que lo hacía tiritar sin control.
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Cazador de sangre
FantasyLos "cabello escarlata" son escoria para sus congéneres; un grupo de hechiceros perseguidos por la justicia que poseen un característico color rojizo tiñendo sus ojos y vello. Los cabello escarlata son capaces de manipular a su antojo la misma...