Abigail Western.

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Aún recuerdo cada instante de aquella aterradora historia que tuve que vivir por un descuido.
Gracias a mi mejor amigo pude conseguir el trabajo más asombroso que jamás imaginé. Me encargaría de la vigilancia del ala oeste de un lugar muy interesante, el Área 51.
Me contaron que el puesto que ahora tendría, lo habían ocupado muchas personas, pero que ninguno duró más de dos semanas, debido a que dicen que en una zona del ala oeste, se escuchan unos gruñidos muy terroríficos.  Claro que yo no le tomé importancia y me presenté a trabajar tranquilamente.
La primer semana que pasé en ese lugar fue muy tranquila, no escuche ni vi nada fuera de lo normal, así que concluí que todo era una simple leyenda.
Los días siguieron pasando y justo el día que cumplí dos semanas en el trabajo, algo muy extraño sucedió. Comencé a escuchar ruidos muy extraños en un área que parecía haber estado cerrada desde hace mucho tiempo y fue entonces cuando recordé a aquella chica que fue sometida a todo tipo de experimentos. Debo aceptar que me dio tanta curiosidad ir a ese lugar.
Al dia siguiente, le conté a mi amigo lo que me habia sucedido la noche anterior, y él solo me aconsejó que me alejara de esa zona y que solo la viera desde la comodidad de mi área de trabajo.  Algo que por supuesto no estaba dispuesto a hacer, tenia curiosidad de saber que había en ese lugar y lo iba a averiguar.
La noche llegó y solo quedaron en la zona los guardias de seguridad. Yo necesitaba llegar a la prisión sin ser visto, así que memoricé cada patrón de movimiento de los guardias, conecté los sistemas a la fuente portátil y con mucha agilidad llegué a mi objetivo. La verdad, estando ahí sentí escalofríos, un viento extraño recorrió todo mi cuerpo, pero nada de eso me importó en lo más mínimo. Abrí la prisión y entré de inmediato, dejando la puerta abierta detrás de mí. Estuve un largo rato investigando, sin tener éxito alguno, así que concluí que todo era una exageración provocada por el miedo. Antes de irme tomé un par de fotos para tener evidencia, agarré mis cosas, di media vuelta para ir de regreso a mi área de trabajo y fue entonces cuando el verdadero terror comenzó. Ante mí se encontraba una espantosa y aterradora criatura, un ser humanoide que me dejó congelado, no podía moverme, puesto que sentía un miedo terrible. En ese instante me di cuenta de mi terrible error y no era haber entrado en ese lugar sino haber dejado la puerta abierta, ya que por mi culpa ella pudo escapar y ahora el mundo entero tendría que sufrir una nueva y terrorífica era llamada... Abigail Western.

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