El dolor era tremendo, mi cuerpo tenía moretones y heridas por todos lados; pero mi voluntad era más fuerte, estaba decidido a darlo todo por salvar su vida. Al fin de cuentas, mi vida ya estaba marcada por la suya.
-Es una locura, pero aun así te ayudaré- me dijo Brown, mientras se sacudia el polvo.
-¿Estás seguro?- respondí con alegría.
-Sé que hicimos mal y debo remediarlo, ahora que tengo la oportunidad.
Caminamos rumbo a una pequeña zona de operaciones, para curar nuestras heridas y realizar un plan perfecto para acabar con esta pesadilla.
-¿Cuál es el plan, Parker?- cuestionó Brown.
-Buscaremos a Abigail y negociaremos con ella- me puse de pie y me acerqué a él- y si ella se resiste, tendremos que asesinarla.
Brown no confiaba en mi plan, estaba seguro de que era una tontería, un completo suicidio. Argumentaba que Abigail era resistente a las balas y a gran parte de nuestro armamento, creía que sería un complemento fracaso; no obstante, yo no pretendía utilizar el armamento ordinario del Área 51.
-Quiero preguntarte algo y necesito la verdad, ¿Aún tienen escondida la nave alienígena?- interpelé con firmeza.
Brown suspiró temeroso, sabía que no tenía caso ocultarme las cosas, ya que yo sabía toda la verdad.
-Si, todavía la tenemos. Justo debajo de nosotros.
-¡¡Excelente!!
Mi plan era sencillo, necesitábamos las armas y toda la tecnología que pudiéramos extraer de la nave, con el fin de mejorarlas, al mismo tiempo que actualizabamos las nuestras. También pretendía crear granadas, escudos y todo tipo de objetos punzocortantes. Claro que no podíamos hacerlo solos, así que el Coronel Brown, decidió hacer un trabajo doble. Por una parte buscaría militares dispuestos a traicionar a su nación con tal de salvar a una pobre e inocente chica y por otro, entregaría cuentas al gobierno con datos falsos, dándoles esperanzas, el tiempo suficiente para que nosotros lograramos terminar nuestro nuevo armamento.
Un día mientras trabajábamos, Brown se me acercó muy misteriosamente, se sentó a mi lado y me miró fijamente a los ojos.
-Debo confesarte algo... Abigail no asesinó a mi padre- Confesó Brown, inesperadamente.
-Entonces... ¿Por qué me metiste?- demandé un tanto decepcionado.
-Toma asiento, te voy a contar una larga y complicada historia.
Jamás había lo escuchado hablar con tanta sinceridad, parecía que quería contarme esa historia para ganar mi confianza y mi amistad, así que le di la oportunidad de abrirse conmigo.
Pasaron los meses, mi equipo terminó conformado por ocho militares, Brown y yo. Éramos muy pocos; pero los suficientes para cumplir con esta misión, juntos logramos terminar los prototipos de nuestro nuevo armamento Híbrido, debo confesar que fue una de las tareas más grandes y difíciles de toda mi vida.
Casi estábamos listos para encaranos con Abigail, solo nos faltaba una pequeña cosa.
-Gracias a todos por formar parte de este equipo- empece a caminar lentamente al rededor de todos ellos- No sé si vamos a regresar todos con vida, pero estoy seguro de que seremos recompensados-Me detuve y cerrando mis ojos terminé mi discurso-, está será nuestra última batalla... ¡Hagámoslo!
Terminamos de alistarnos y nos dispusimos iniciar nuestra búsqueda clandestina.
Al salir de la zona de operaciones de nuestro equipo, arrojamos unas granadas especiales, las cuales nos mantendrían escondidos de los radares y nos ayudarían a desenfocar un poco las cámaras de seguridad de la zona en la que nos encontráramos.
-No te parece raro que Abigail se haya mantenido escondida todo este tiempo- preguntó Brown, mientras se detenía a analizar el área.
-Es inteligente, creo que ella también quiere negociar- Repliqué con tranquilidad.
Estuvimos un largo rato buscando por diferentes zonas y en ninguna de ellas pudimos encontrarla, parecía que estábamos buscando a un fantasma. Y para complicar las cosas, nos topamos con un hombre mal encarado, el cual estuvo en desacuerdo con nuestro plan y amenazó a Brown con delatarnos.
-¡Vaya!, si han llevado a cabo su patético plan, es una lástima que todo sea en vano- dijo aquel sujeto con un tono de burla.
-No te metas o te quitaremos del camino- Respondió Brown con coraje.
-No puedes solo, Brown. Necesitan darte una mano.
Dichas palabras hicieron enojar aún más a Brown y este respondió dándole un fuerte puñetazo en la cara, dejando en el suelo a ese sujeto tan desagradable.
-Te vas a arrepentir de esto, te lo juro.
Aquel tipo se puso de pie y se retiró con un labio roto. Después de eso continuamos con nuestro camino, mientras hablábamos de lo ocurrido. Tal parece que ese hombre era el Sargento Miller, un sujeto que llevaba muchos años envidiado a Brown, por el puesto que ahora ocupaba.
Pasaron aproximadamente treinta minutos de aquel incidente y por fin dimos con nuestro objetivo, encontramos a Abigail en el ala oeste, justo en el lugar en donde estuvo encerrada por años. Parecía como si hubiera elegido aquel lugar para nuestro encuentro, al principio solo nos ignoraba. Ella se encontraba devorando a un pobre militar, el cual solo estaba cumpliendo con su trabajo de vigilancia, y en cuanto terminó, soltó un gran gruñido y se nos quedó mirando fijamente.
-Gracias por mostrarme tu vida y por hacerme vivirla en carne propia-Me acerqué un poco más a ella- No queremos lastimarte, al contrario, queremos salvarte.
-Sin corazón no podrán detenerla- manifestó Brown, mientras caminaba hacia mí.
Abigail entendió cada palabra que dijimos, por primera vez se mostró sumisa. Bajó sus garras y dejó de mostrarnos sus dientes. Al fin teníamos su confianza, esa que le das a un amigo que conoces desde hace años. Tanto fue nuestro acercamiento que ella comenzó a llorar. Eso me hizo sentir tan satisfecho que no pude evitar abrazarla, era el primer abrazo que ella recibía desde hace años. En pocas palabras, nos volvimos uno solo en ese pequeño y especial momento, todo había salido a la perfección, hasta el momento en que Brown nos interrumpió.
-¡Parker! Creo que estamos perdidos- Nos comunicó lleno de temor.
Di media vuelta y mirando al cielo me percaté de que se acercaban tres helicopteros militares y un par de Aeronaves de la fuerza aérea nos estaban rodeando. Las cosas se nos estaban saliendo de las manos, porque era evidente que ellos no venían a unirse a nuestro equipo. Y mucho menos tenian intenciones de echarnos porras o darnos un reconocimiento por nuestro noble corazón. Ahora lo único seguro era que... El verdadero caos estaba por comenzar.
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Abigail Western
Gizem / GerilimSetenta años han pasado desde que el proyecto Abigail fracasó. Y es entonces cuando un suceso acontece en el Área 51, dejando libre a una bestia hambrienta y sedienta de Venganza.