In my blood [Quil Ateara]

➤01; PRINCIPIO.

El verano era mi estación favorita, no hacía tanto calor pero si lo suficiente para sólo tener un pequeño suéter encima, es Forks y aquí casi no tenemos días de calor y eso me agradaba bastante.
Pero pasar los días soleados de verano en el hospital no es una de mis cosas favoritas. El año pasado antes de salir de la escuela mamá enfermo de cáncer, según los doctores era grave y avanzado. Se le está dando quimioterapia pero el dinero no alcanza para tanto, mamá era la que llevaba el trabajo duro y traía el dinero a la casa, yo solo estudiaba y me esforzaba para hacerla sentir orgullosa.
Hace seis años mi hermano mayor nos dejó, se fue de la casa y por más que tratamos de contactar con el no podíamos, recuerdo como mamá lloro, como le rompió el corazón su hijo mayor. Al mirarla tan destrozada odie a Embry por lo que nos hizo, ya no trate de buscarlo y tampoco mamá, hasta que enfermo. Sabia que Embry vivía con Sam Uley y su esposa, cada ves que iba a preguntar por mi hermano me decían que no estaba o que no quería verme.
Los primeros meses trate de buscarlo y después me rendi, el no nos quería en su vida y lo entiendo. No le voy a rogar a alguien que no nos quiere.

La cruda realidad me cayó como balde de agua fría, no tenía recursos y mamá moría. Trabaje en lo que sea, deje la escuela y cualquier trabajo que me ofrecían lo tomaba pero eso no era suficiente. Recuerdo ese día perfectamente, porque fue el día que cabe mi propia tumba y el día que me dijeron los doctores sobre el estado de mi madre.

-¿Qué es lo que pasa, Doctor?

Una enfermera me llamo para decirme que el doctor me esperaba para hablar conmigo en su consultorio. Supuse que no serían buenas noticias, porque últimamente todo parece ir mal.

-Es sobre el estado de su madre.

Se queda callado, creo que es difícil para el decirlo y será difícil para mi asimilarlo.

-¿Qué tiene?

-El cáncer avanza rápido y con las pocas quimioterapias que se le brindan no es suficiente, si sigue así sólo se le da menos de dos años.

Menos de dos años. Hacia eco en mi cabeza como tortura. Perderé a mi madre sólo por no tener el dinero suficiente para su tratamiento.

Ese día salí del hospital con la cabeza llena de desesperanza y tristeza, perdería lo único que me a hecho feliz.
Fui al trabajo, hice mi rutina de siempre. Trabajaba en un bar y entraba a las 6 p.m. y salía a la 1 a.m. todos los días la misma rutina. En el día la pasaba en el hospital junto a mi madre, en la tarde salía a buscar otro trabajo y después volvía con mamá, después al trabajo y saliendo de ahí a casa. Ese era mi día a día.

Había un chico que iba conmigo al intituto, se llama Fred y se escuchaba rumores sobre que el vendía drogas en el pueblo pero yo sinceramente no soy creyente de los rumores. Una vez salí tarde del trabajo, pasaba por una de las peores colonias del pueblo y lo vi, estaba en una esquina y sabía perfectamente lo que hacía. Me saludó y me llamo para que fuera con el, me pregunto que es lo que hacía allí tan tarde y le conté mis razones, me acompañó a casa mientras le contaba sobre mi madre y como el dinero no me rendía para el tratamiento de mamá y mantener en pie la casa. Dijo que podía ayudarme a ganar más dinero pero que era peligroso, sinceramente no lo dude mucho y le pide que me dijera.
Estaba dispuesta hacer lo que sea para poder pagar el tratamiento de mamá.

Después de meses consumía y hacia cosas que jamás imagine hacer, ya no era aquella chica sonriente y que siempre traía cosas positivas, hace dos años era una chica de preparatoria que sólo quería que su madre se sintiera orgullosa de ella pero ahora, ahora sólo soy una adicta que se autolesiona por toda la carga emocional que trae encima. Muchas cosas pasaron para que terminará así, demasiadas.
Y sí, mamá mejoró gracias a todo lo que hice pero yo fui la que sufrió las consecuencias. Yo fui la que cayó en un abismo sin salida.