In my blood [Quil Ateara]

➤03; HERMANOS.

-¡Eres una imprudente Call! -Grito Fred. -No puedo creer que lo hicieras cuando te dije miles de veces que no.

Íbamos rumbo a mi casa. Fred conducía mientras me gritaba lo estúpido e idiota que fui por irme a vender en un territorio que no era el mío. Después que el hombre bonito me ayudará llame a Max para que fuera por mi pero el muy idiota tenía cosas que hacer pero fue muy extraño porque sonaba algo raro así que llamo a Fred para que viniera, después el rubio se fue al ver a Fred llegar y ahora estoy en el asiento del copiloto siendo regañada.

-Tenía que vender lo que tenía rápido y esa es la única forma, y no me paso nada.

-¡¿Qué no te paso nada?! Por Dios mirate, tienes un moreton horrible en la mejilla.

Exagerado, eso es. Sólo suspiro enfadada porque él no entiende que necesitaba las ventas, el dinero que tenía no era suficiente y la semana que entra tengo que pagar tres quimioterapias para mi madre. Fijo mi mirada en la ventana del auto y miro los frondosos pinos que tiene el bosque, no quería discutir. Me dolía mi abdomen y mi pómulo demasiado como para estar discutiendo com Fred, así que mejor lo dejo gritar mientras lo ignoro.

-¿No dirás nada?

Siento su pesada mirada sobre mi.

-No tendría caso, seguirás diciéndome que fue peligroso lo que hice e imprudente y a pesar de todo lo que te diga no te haga quitarte esa idea de la cabeza.

Escuchó su suspiro, seguro está frustrado porque no sabe cómo controlar la situación. Esta seguro que lo volveré hacer y yo también.

-Oye...

Siento como su mano la coloca sobre mi pierna haciando que lo mirara, nuestros ojos chocan por un segundo porque el tuvo que mirar el camino.

-Sé que lo haces por tu madre y quiero ayudarte. Máx y yo tenemos ahorrado, podemos juntarlos y así pagar el tratamiento.

-No, no quiero su dinero.

-No estoy preguntando si lo quieres o no, vas a tener que tomarlo.

Me cruzo de brazos, ahora si estoy molesta. Odio que Fred y Max me ayuden con lo de mi madre, lo encuentro algo lindo de su parte pero yo tengo que pagar eso y no ellos.

-Estamos juntos en esto Dalia, los tres y no voy a permitir que algo acabe con uno de nosotros.

-Gracias...

Susurro, siento como se acumulan las lágrimas en mis ojos pero trato de que no salgan. Todo lo que ah hecho Fred y Max por mi lo aprecio demasiado, se han vuelto personas muy importantes para mi. De alguna forma me han ayudado a mantenerme en pie, no por completo pero si lo suficiente.
Ellos son como mis hermanos.

Después de eso nos quedamos en silencio, un silencio demasiado cómodo para ambos. Empezamos a llegar al territorio quileute que es donde vivo, entramos por el camino rocoso y nos alejamos de la carretera. A lo lejos puede mirarse una pequeña casa color rojo y verde, afuera de ella se encuentra un un auto negro y en el pórtico estaba Max. Él caminaba de lado a lado, desde acá pude notar su nerviosismo.
Aparco el auto y bajamos de el, una vez que estamos cerca de Max nos mira y vuelve a bajar la mirada. No deja de mover las manos y de caminar, jamás lo había visto de esta forma.

-Máx, ¿qué ocurre?

Trato de caminar hacia el y poner mi mano sobre su hombro pero el al notar mis intenciones sea aleja y puedo mirar miedo en su mirada.

-No me toques, no quiero hacerte daño.

Miro a Fred, ambos estamos confundidos por el comportamiento de nuestro mejor amigo.

-Máx, nos estás asustando. ¿Qué te pasa?

-No lo sé... -susurro. -Estaba bien... ya no estaba... sólo me enoje por algo estúpido.

Patea la pequeña silla que estaba en aquel pórtico mal gastado con enojó. Fred y yo nos sobresaltamos por su reacción.
Él ambiente está tenso por su comportamiento pero estamos en silencio, silencio que fue cortado porque escuchamos como alguien caminaba hacia la casa. Miramos para saber de quien se trataba, eran nada más que Sam y sus sirvientes. Al mirarlos sólo pude sentir asco y odio.

-Ya vienen. -Susurro Max casi inaudible.

-¿Qué es lo que hacen aquí?

Bajo las escaleras del pórtico con enfado, ellos no tienen derecho de estar en mi casa.

-Sólo queremos hablar con Máx. -Dice Sam.

Al mencionar el nombre de mi amigo dirigí mi mirada hacia el. Estaba más alterado que antes, se encogía en una esquina como si tratará de no ser visto y fue cuando me di cuenta.

-Tendrán que pasar sobre mi para eso Uley.

Me acerco aún más a el, no le tengo miedo a un idiota con esteroides. Aparte, Fred no permitiría que el hiciera algo.

-Sólo quítate Call, los asunto que tenemos con Máx no te importan.

Soltó con enojó Paul que estaba justo detrás de el.

-Cállate perro idiota.

Al decirle así frunce el ceño y trata de acercarse a mi pero Jared lo detiene.
Sonrió cínicamente porque logró hacerlo enfadar.

-Creo que es mejor que se vayan, Sam.

Dice Fred que se posicionó justo detrás de mi, noto en seguida que Sam y sus dos perros ponen su cara de molestia. Entre ellos y Fred siempre ah habido una rivalidad enorme.

-Este no es tu territorio Miller.

-Lo se, pero si es la casa de Dalia y si ella quiere que se vayan.-Se acerca a ellos, en especial a Sam. -Se van.