Me dolía cada parte de mi cuerpo. Sentía frío y la piel me quemaba, mis párpados me pesaban y mi garganta ardía.
Este es el dolor que me hacía sentir viva.Escucho la puerta principal abrirse y con la poca fuerza que tengo intento ponerme de pie pero lo único que logro es sentarme.
—Demonios, Dalia.
La voz inconfundible de Fred llega a mis oídos y después sus pasos acercándose.
Se inca justo a al frente de mi y yo solo agacho la mirada. No quiero ver la lastima y el dolor en su mirada, se que le duele al verme en este estado.
—¿Qué paso? —Susurra.
Pareciera como si tuviera miedo por preguntar. Su voz salió con dolor, como si él fuera quien tuviera heridas en sus brazos, como si él estuviera muriendo por dentro y eso me destrozó aún más. Le duele verme así.
No respondí, no quería y ni podía. Si lo hacía me pondría a llorar de nuevo y es lo que no quiero. Así que me quedé en silencio y el supo que yo no era capaz de responder.
Fred tiene una extraña capacidad de entender cada cosa de mi y es algo que me desagrada demasiado, es capaz de saber que estoy sufriendo.Solo suspiro y solo sentía su brazo pasar por debajo de mis rodillas y el otro lo pone en mi espalda baja. Me carga para subir al segundo piso.
El no dice nada y yo tampoco.
Subimos las escaleras en silencio. Entramos al baño, me deja sobre el inodoro y abre la lleve de la tina. Lleva sus manos a mi blusa quitandola, después me quita los zapatos junto el pantalón. Me deja en ropa interior.
El agua cae y es el único sonido que hay en la habitación.Se acerca a la tina para revisar la temperatura del agua, mueve su mano y después toma uno de los champú de baño que tengo por ahí, lo vierte y después agita toda el agua.
Ayuda a levantarme y en meterme en la tina, una ves que estoy sentada Fred empieza a limpiar mis brazos, lo hace lento y con cuidado. Fijo mi mirada en las heridas que tengo, las ocasionadas con mis uñas no están profundas pero son bastantes y las que había echo con aquella navaja si estaba profundas pero ya empezaban a cerrar.
Fred limpio todo resto de sangre que tuviera, después limpio mi espada, piernas y cabello.
Mientras lavaba mi cabello fue cuando decidió hablar.—¿Qué fue lo que pasó?
Al escuchar la pregunta solo el recuerdo del rostro de Embry volvió a mi, volvió el sentimiento de odio y el dolor en mi pecho.
—Mi hermano... —la garganta dolía y mi voz salió ronca.
—¿Volvió? —se pudo distinguir enfado en su voz.
—Si.
[...]
Toda la manada se encontraba en casa de su alfa desayunando, el ambiente era totalmente diferente comparado con otros días. Cada uno de ellos sentían la ausencia de su hermano y su dolor.
Embry no había vuelto después de su huida y ya estaban preocupados, pero Sam trataba de tranquilizarlos diciendo que necesitaba tiempo, que las noticias que recibió debe digerirlas y calmarse un poco antes de actuar.Si bien, con la grata noticia que Quil se había imprimado de Dalia debían de tener más vigilada a la chica por los olores detectados de vampiro que habían al rededor de su casa. Se turnaron durante toda la noche y todos voluntarios pero los que más estaba en turno era Quil y el pequeño Seth que es uno de los más preocupados, él antes de entrar en fase fue un amigo cercano a ella. Amigos de escuela.
Sam se encontraba poniendo toda su atención al pequeño panqueque que estaba por comerse, solo detectaba el olor a café y pan recién hecho en el ambiente. Estaba por dar la primera mordida cuando un característico olor llegó a el. El alfa de la manada luna azul.
Hace un gesto de asco y enojo en cuanto se da cuenta de quien se trata, se levanta de su silla enfadado por tenerlo en su territorio. Y lo siguen los demás miembros, todos listos para salir y acatar las órdenes que Sam podría darles.Caminaba con seguridad a la pequeña casa, desde afuera puedo distinguir cada uno de los miembros. Al darme cuenta que solo falta una de ellos me molesto un poco, él era al primero que quería amenazar.
Veo como Sam sale de la casa, se le nota el enfado por tenerme en su territorio. Los demás miembros le siguen por detrás.
—Este no es tu territorio, Miller. —La voz de Sam salió llena de enojo y recelo. Se notaba que no le agradaba mi presencia.
—Lo sé, no vengo con intenciones de visitas amistosas y esas cosas. —Lleve mis manos los bolsas de mi chaqueta y le dirijo una mirada amenazante al alfa de la manada quileute— Solo vine para decirte que mantengas a Embry lejos de Dalia.
Mi voz salió más grave de lo normal, les estaba dando una orden.
Sam bufo enfadado, estaba que no podía con su irá pero debía retenerse si no quería entrar en fase.
—No puedes venir a mi territorio y darme órdenes, aquí no estás con tu gente. Así que lárgate.
—No me iré. Dalia no quiere ni saber de ustedes y mucho menos del cobarde de su hermano, así que los quiero lejos de ella.
—Eso no es posible. —Habla Ateara.
—¿Qué dijiste?
El enojó comienza a crecer en mi. Quil da un paso hacia mi quedando cara a cara conmigo.
—No me alejare de Dalia, ni tu ni nadie podrían alejarme.
Una risa sarcástica sale de mis labios.
—Si pudiera ahora mismo te arrancaría la cabeza.
—Me imprime de Dalia, Fred.
Me quedé sin palabras.
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In my blood [Quil Ateara]
FanfictionPrimero perdió el brillo en sus ojos, después su sonrisa y por ultimo se perdió ella misma.