La luz de la luna llena iluminaba un pedregoso camino, se habían detenido hace horas, poco antes de la caída del Sol, habían decidido fijar su nueva carreta al suelo para evitar que la gravedad jugara en su contra en plena pendiente, hace apenas unos días habían podido conseguirla y planeaban hacer con ella algo más grande puesto que parecía que les llevaría tiempo, aunque prisa no tenían, apenas unas lunas no se comparaban con los mil años de exilio, parecía que tanto el destino como la princesa Amore fueran bondadosos con ellos, ya que volver a sentir los campos abiertos, los colores cambiantes que el cielo regalaba, el agua fresca de la lluvia, compensaba todo, de alguna manera parecía que volvían a vivir.
Habían olvidado cuanto tiempo había pasado, sin embargo, el primer año de su salida culminaría pronto, en ese tiempo lograron conseguir la mitad de las piezas que, gracias a la habilidad de Sombra para detectarlos fue muy fácil dar con ellas. Habían registrado estrechas cuevas, ríos, bosques, algunos pueblos, largas veredas, desiertos congelados; estos se encontraban, como cabría esperar luego de mil años, enterrados bajo algunos centímetros, o en ocasiones metros de la superficie.
Ahora, después de recorrer un serpenteante camino, tras perder su brújula y mapa en una inesperada tormenta, se encontraban recordando lo aprendido en el Imperio de Cristal, lecciones que enseñaban cómo volver siguiendo a Polaris, la estrella más brillante y estática del cielo, esta les guiaría hacia al norte y el corazón de cristal les guiaría al imperio, pero ahora hacían lo contrario, alejarse en dirección al sur, tomando descansos a medio día, observando el cielo para saber dónde se encontraban los puntos cardinales, llegarían a algún lugar conocido o poblado en algún momento, además de tener provisiones suficientes para varios días. La vida les sonreía y ambos sonreían con ella, podría decirse que poco les preocupaba volver pronto.
-Había olvidado lo grande que es la luna llena – comentó Hope mientras miraba al cielo manteniéndose cerca del fuego.
-Yo también – respondió Sombra quien aún sostenía un cuenco de madera con sopa caliente del cual tomó el último sorbo.
-Al final no me contaste como es el páramo ártico –
-Oh eso – limpió los rastros del líquido en la mejilla con su casco – oscuro. La oscuridad no me molesta, lo que llega a asustar las primeras lunas son los ruidos, hay muchas cosas encerradas ahí que no han podido escapar – Hope le dirigió una expresión de tristeza que hizo llamar su atención – No hagas eso, no importa –
-Pero... -
-Ya fue – la interrumpió mientras se servía otra ración - ¿no crees que si estuviera molesto no estaríamos perdidos en un bosque a kilómetros del Imperio de Cristal? –
-Es verdad – suspiró para luego sentarse en el suelo entre las hojas secas y la hierba.
Un tronido causado por el cuenco llamó su atención, ninguno solía ser supersticioso pero una sensación de incertidumbre mutua les hizo mirarse sorprendidos, antes de siquiera pensar nada se rompió dejando caer su contenido, Sombra lo soltó al sentir el ardor que provocaba la sopa, apenas tocar el suelo se terminó de partir haciendo que un trozo grande cayera al fuego chocando con uno de los leños que finalmente lanzó algunas brasas al rojo certeramente a su capa provocando comenzara a arder al instante, cosa que parecía poco importarle a él – sabía que esa cosa era benceno –
Presa del pánico, Hope corrió hacia la carreta para tomar un cántaro lleno de agua cuyo contenido arrojó a Sombra mojándolo por completo.
Así comenzó su racha de mala suerte.
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Sombría esperanza
FanfictionAmore, la quinta princesa alicornio, fue transformada en piedra por el malvado rey Sombra, luego, partida en cientos de fragmentos los cuales se dispersaron por toda Equestria, algo propio del villano cruel y sin corazón que solía ser. Pero todo...