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-Cuéntame, Cossett, qué hiciste cuando me fui? - preguntó Claude nervioso
-Bueno, estaba preocupada por usted, creí que nunca más iba a volver...
Esas palabras movieron el corazón de Claude como una afirmación de sus sentimientos.
- Te preocupaste por mí?- preguntó Claude tembloroso.
- Sí, señor...
Claude quería soltarle todo lo que sentía a Cossett. ¡Quería decirselo de una vez por todas!
-Cossett, quisiera decirte algo...
Todo se quedó en silencio.
-Qué sucede, Señor Claude?
-Me invitaron a formar parte de un evento en el palacio...- dijo Claude
-A usted, Señor?
-Sí, quisiera que vayas conmigo...
Cossett aceptó, de todas formas, era dama de compañia de la esposa del antiguo monarca, ella debía ir también.
***
Cuando la noche cayó, el eventó se llevó a cabo en el palacio vecino, en donde Claude había tomado las rosas para Cossett.
El monarca antiguo, le cedió la corona a su hijo, llamado Augustus, quien tenía la edad de 25 años.
Todo un espectáculo de bellas piezas de ópera italiana y la presencia de algunos músicos famosos adornaron el ambiente en aquel evento.
Claude y Cossett se retiraron a los jardines de este palacio y caminaron.
-Cossett... - le llamó Claude
-Si, señor...
-Podrías dejar de llamarme "Señor"? Solo soy unos meses mayor que tú...
-Lo siento... Claude?- dijo ella y fue nuevo y muy extraño llamarle así.
-Tú me amas?- preguntó Claude
Invadió el silencio de nuevo.
-Yo estoy enamorado de tí, Cossett. Solo quiero saber si tú me amas...- replicó él
Cossett lo miró a los ojos y le respondió:
-Mis sentimientos son correspondidos?- preguntó Cosset.- Yo estoy enamorada... de tí, Claude.
Por el conocimiento que tenían los dos, sabían lo que era prudente y lo que podía ser una tentación.
Solamente se abrazaron.
Claude por fin sintió cerca el aroma, el perfume y la escencia pura de la joven Cossett, que se hallaba perdida en los brazos de su amado.
Este era tan alto, que podía ver el recogido de su cabello y la peineta en forma de rosa.
Por otro lado, Cossett se sentía pequeña y segura en los brazos de Claude. Estar rodeada de los brazos de su amado.
Esa noche, al regresar a casa, dumieron juntos.

Claude FrolloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora