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Al amanecer, Cossett vio a Claude todavía dormido en su alcoba.
Decidió ir por insumos para preparar el desayuno ya que todavía yacía dormido, para que cuando se levante, pudiesen comer a gusto los dos.
Encontrándose en el mercado, vio a un niño que le pidió comida como limosna.
-Por favor, dame algo para comer...- dijo él
Su corazón se enterneció tanto, que no pudo negarle.
-Tienes familia?
El pequeño asintió con la cabeza y le apuntó donde vivía.
-Se que no es mucho, pero tómalo y compártelo con tu familia- dijo Cossett dándole sin dudar un baguette entero.
No se preocupó por lo que dijeron los soldados que estaban en un rincón observándola.
El pequeño sonrió muy satisfecho y se lo llevó corriendo a su hogar.
-Una francesa me lo dio!- oyó que gritara
Se fue inmediatamente a casa y Claude yacía esperándola:
-Donde estabas?- preguntó
-Has despertado amado? Solo fui para tener algo de comer.
Claude se sonrojó y le sonrió.
Cossett se veía un poco preocupada por lo que había hecho.
-Estás bien, Cossett? Te ves extraña...
-Es que, un niño me pidió algo para comer y se lo dí.
-Sabías que era gitano y aun se lo diste, verdad?
Asintió Cossett con la cabeza y bajó la mirada.
-Tranquila, tú siempre has tenido un corazón noble y humilde. Obras como esas no deben preocuparte- Claude la consoló.- Vamos a desayunar entonces...
-Sí.-
Cossett ve el desayuno que había preparado y de repente siente asco, dirigiéndose afuera.
-Que pasa? Te sientes mal?-pregunta Claude
-Me siento un poco extraña. Desde hace unos días...
-No debe ser nada malo...

***
Ya pasando las 13 horas, el gobierno llama al Capitán Frollo para asignarlo como lider de una tropa de soldados.
El motivo por el cual se haría tal asignación, es por la aniquilación definitiva de los Gitanos, antes de que ellos den el golpe.
¿Cómo Claude iba a dirigir tal atrocidad?
¿Qué pasaría con Cossett?
Claude tuvo una niebla espesa en su mente, él no sabía si lo que le encomendaron era correcto. Él sabía que debía tener cuidado, porque habían inocentes entre los Gitanos y habría que reconocerlos.

Claude FrolloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora