20

360 33 1
                                    

Regresó a casa en la noche, con unos alimentos que había comprado y vio a Claude sentado en una silla pensando.
-Qué sucede, Amado? Estás bien?- preguntó Cossett
-No-dijo y lagrimas salieron de sus ojos. -Tengo una misión... me mandaron aniquilar de una vez a los Gitanos... a todos.
Cossett se quedó callada.
-Que?- susurró rompiendo el llanto.- No lo hagas, por favor...
Cossett le dijo lo que había sucedido en el centro y que había inocentes entre ellos. Que debía suspender tal misión.
-Mañana acontecerá todo, antes que ellos den el golpe, no puedo hacer nada con eso... Yo sé que hay inocentes, no puedo hacer nada, si me retiro, probablemente me maten, ¡no quiero dejarte!
Los dos se miran y se dan un abrazo, como el primero, en los jardines del palacio de Italia.
-No soportaría tu muerte, Claude. Pero tampoco la de un inocente...-confiesa Cossett
-Debo hacerlo, seré capaz de llevar la carga, no quiero que me ayudes con ella...
-Claude...
-Es mi condenación- interrumpe

Claude FrolloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora