𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰

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La perfecta sinfonía es aquella que se toca con el alma. Aquella donde dejamos todo lo que somos.

El color rojo del cielo siempre me recordara la cúspide de la magnificencia que algunas vez alcance, las llamas quemaron todo sentimiento de frustración que algunas vez invadió mi corazón y le lleno de odio en contra de las bestias que algunas vez me perturbaron, los humanos, una especie admirada por los dioses que por milenios fueron admirados por su inteligencia y su deseo de crecer y formar civilizaciónes, sin embargo, los dioses se limitaron a observar, a permitir que una especie considerada superior se volviera un hato de bestias salvajes que se consumian unas a otras con el deseo egoísta de la superioridad.  Irónicamente cometí ese mismo error, sin embargo todo tenía un justificación, todo era para buscar un bien mayor, la paz en el universo y mi propia paz, aquella que fue perturbada cuando una de eses bestias se atrevió mancillar el planeta sagrado, aquel que consideraba mi hogar, mi único lugar especial en el universo, había sido mancillado, pisoteado, fui obligado a pelear contra una sucia basura que demostró ser superior...sin embargo ese sentimiento de amargura no duraría para siempre.

Mis recuerdos aunque aún son vagos siguen frescos en mi mente.

Era una mañana cualquiera, la suave brisa del viento soplaba sobre las hojas verdes de los árboles, la hierba se movía lentamente llenandolo todo con su aroma fresco a los alrededores del templo sagrado, sin embargo la belleza superficial de un mundo pacifico siempre escondería la amargura de un corazón traicionado.

La tempestad aún soplaba dentro de mi pecho moviendo con fuerza las olas del odio que crecía de forma latente.

No podía olvidar ese día, el día que mi propio maestro y el ser a quien consideraba un padre me traicionó.

"

—¿Castigarme?¿Usted pretende castigarme luego de salvar su vida?—. Pregunte con incredulidas ante las palabras de represión del señor Gowasu.

—¿Acaso olvidó lo importante de su existencia para nuestro universo?¿El  caos que causaría para el orden de nuestro mundo? Salve su vida... ¿¡Y usted solo se preocupa por las bestias que intentaron eliminarlo!?—.

—Las vidas son importantes muchacho y no podemos interferir en el camino de la naturaleza, nosotros somos quienes perturbaron dicho orden, por ello debemos aceptar las consecuencias de nuestros actos, incluso cuando eso significa conocer el final de nuestra vida—.

                                                                    "

Sus palabras jamás fueron tan importantes hasta que cobraron sentido el día de su partida, incluso las aves dejaron de cantar sobre las copas de los árboles y se alejaron en parvada del templo dejandome solo.

Mis fosas nasales se abrieron y se llenaron con el olor de la sangre fresca, mi estómago se encogió ante la sensación de pánico que congelo mi cuerpo casi de inmediato al ver al señor Gowasu sobre el piso del jardín. Reaccione tan rápido como pude dándole mi energía para intentar salvarlo de forma despera, su cuerpo aún estaba tibio, sin embargo el frío lleno el jardín como una ráfaga de viento anunciando una tormenta helada, mis ojos se abrieron ligeramente más allá de sus extremos y mire hacia arriba, los rayos de sol mezclados con la impotencia le impidieron ver por un instante aquel hombre que me apuntaba con una cuchilla echa de energía, un par de pasos más y finalmente pude ver aquel hombre, el asesino de mi maestro, mirando me fijamente con un rostro imperturbable, podría jurar que le vi sonreír por un momento antes de escucharlo hablar y patear el cuerpo ahora frío de mi maestro, lanzándole lejos de nosotros.

—Debemos ser responsables de nuestros propios errores ¿No crees Blanck—.

Escuchar mi nombre salir de sus labios me hizo encerrar los ojos y mirarle incredulo, no sabía quien era ese hombre, no que quería en el santuario, mis labios se abrieron para responderle sin embargo me interrumpió de inmediato hablando una vez más mientras se su bolsillo sacaba una pequeña cajita que me era más que familiar, ¿Cómo es posible que el tuviese los anillos del tiempo?¿Era acaso un Kaioshin supremo de otro universo?¿Era acaso un mensaje de los humanos?

—¿Que crees que sucedería si cambiamos el rumbo a dónde gira el universo?¿Deberíamos ser castigados por eso?—.

Sus preguntas fueron tan confusas como sus acciones, tomo mi mano y dejo uno de los anillos sobre mi palma y se dio la vuelta, la frustración crecía dentro de mi pecho como el fuego que alimenta una hoguera, en mi mano se manifestó energía de ki, estaba apunto de vengar a mi maestro cuando hablo una vez más.

—¿Pretendes asesinarte a si mismo Black?Dime una cosa ¿te parezco una amenaza? No pretendo sabotear me a sí mismo ¿has olvidado la frustración, el sentimiento de dolor despierto de conocer a Son Goku?—.

Mis labios se apretaron en una línea mostrando un gesto amargo al recordar cómo me sentí al ser humillado por un humano, sin embargo, él tenía razón, no me sentía amenazado, había un extraño sentimiento de familiaridad al tenerlo frente a mi, sin embargo, no podría confiarme, no podía confiar ni siquiera en propia sombra, cerré mis dedos sobre el anillo apretando lo con fuerza mientras permanecía en silencio escuchándolo

—Ven conmigo Black y justos nos haremos cargo de eliminar los errores de este mundo—.

Me ofreció su mano y aunque dude por un momento, la tomé y me puse de pie para mirarlo.

—¿Por qué debería creer en ti?—

Le cuestione y el solo mostró una sonrisa.

—Puedo mostrarte que realmente soy tú, en mi universo sufrí la misma humillación, cargue con el peso del rencor y la frustración que generaron los humanos, un dios siendo humillado por un humano, obligado por su maestro un dios destructor mundano y ageno a nuestro mundo, ¡ellos me orillaron a esto Black! Se que sabes de que te hablo, después de tono sentiste lo mismo que yo, sin embargo en esta realidad no será así, contigo a mi lado nadie podrá detenernos, ¡contigo a mi lado podremos eliminar a la basura que ensucia a este universo Black!.

...

Después de ese día las cosas cambian drásticamente en mi vida, Zamasu me mostró todo lo que podía conseguir el poder, por primera vez en mi existencia comprendía el poder que tenían los dioses de la destrucción, el poder que tenían los dioses sobre aquellos más débiles, me resultaba asqueroso, era un poder repugnante, sin embargo, era uno de los sacrificios que conllevaba limpiar al mundo de los humanos.

Lo que al principio fue algo desagradable pronto se convirtió en algo normal, ver mis manos manchadas de sangre ya no significan una carga emocional para mí, había perdido la sensibilidad poco a poco, los gritos, las súplicas se habían vuelto simple eco que llenaba mis oídos con el zumbido molesto de un mosquito buscando su propia muerte.

...

La lluvia era la única salida a mis pensamientos, sentir el frío recorriendo como un escalofrío mi piel mientras la lluvia empapaba mi ropa limpiando los rastros de sangre de mi piel, era como un sueño que se llevaba todo a su paso arrastrándolo hasta las grietas de la nada.

La vida era simple, no habían reglas, sin embargo, ¿En qué momento me traicione a si mismo?¿En qué momento me volví tan débil? Fue acaso el ver a un ser que me recordó lo miserable que alguna vez me sentí o quizás fue ver qué ese ser no me juzgo y ni siquiera parecía saber quién era.

¿Aún había algo de empatía en mi o tan solo quería arrastrarla a la locura que me consumía?

Nada de esto habría sucedido si jamás me hubieses pedido ayuda ¿Por qué tenía que complicarlo todo? ¿Es acaso que un dios superior a Senosama estaba castigando me? Impidiendo me ponerle fin a tu vida...Si esta era mi penitencia encontraría la forma de ponerle fin incluso si me destruía a sí mismo en el intento.

𝑮𝒐𝒌𝒖 𝑩𝒍𝒂𝒄𝒌 𝒚 𝒕𝒖́: 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 𝑶 𝑪𝒂𝒔𝒖𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora