Haciendo Memoria

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Dormí durante todo ese día y a la mañana siguiente desperté lleno de energía, tenía entusiasmo para pintar. Ya había pintado más de cuatro lienzos en blanco y terminado dos antiguos, estaba inspirado. Mephiles continuaba leyendo libros por montón, en cambio yo, no quería volver a tocar uno durante un tiempo.


- Aaahh... Que hermoso es ese sonido...


- ¿Cuál? – Pregunto Mephiles terminando de cerrar otro libro.


- El que había hace un momento... El silencio – Sonreí agraciado, terminando los últimos toques de la pintura que había empezado a pintar cuando llegue al pueblo – Dentro de ese libro cada sonido me perturbaba, en cualquier momento pensaba que algún monstruo saltaría de la nada.


Mire uno de los retratos que hice a uno de esos monstruos, no parecía ser uno real, pues, el delineado y el sombreado pareciera ser un estilo de pintura china pero realmente así se veían los monstruos, y les temía más que nada, por poco uno devoro mi pierna, convirtiéndola en papel y garabatos.


- ¿Has entrado en ese libro?


- Cuando estaba vivo no tuve la suerte que tú, y ahora muerto no puedo entrar en este – Se levantó, queriendo ver todas las pinturas acabadas, observando cada una con cuidado – Me gusta como pintas... ¡Oh! Esta es interesante – Tomo la del Monstruos y la vio con mucha impresión – Lo pintaste con un estilo asiático, me encanta.


- Me gusta escuchar esa clase de halagos, pero realmente así se ven los monstruos dentro del libro – Le corregí, viéndole con una sonrisa de medio lado – Que tal... Si lo intentas una vez más y pintas algo que te guste – Me miro por un rato, inseguro de hacerlo. Asentí, con plena confianza de que él lo lograría esta vez.


- Está bien – Aun inseguro, monto su propio lienzo y sus materiales para pintar. Se quedó mirando en silencio el fondo blanco y luego empezó a trazar.


- Estaba tan emocionado, el tiempo había pasado rápidamente y aun no veía la hora de continuar hasta terminar lo que plasmaba en mi pintura. Mephiles no tenía idea de porque estaba usando tantos colores oscuros y grises, la razón era porque estaba pintando la estatua del pueblo, llenándola de bellas flores y enredaderas que salían de una enorme y hermosa flor en la palma de sus manos, ya había terminado y no podía estar más satisfecho con el resultado. Quise acercarme y ver su pintura, pero de inmediato me detuvo estando unos pasos cerca.


- Espera a que termine – Dijo sin más, continuando rápidamente.


- Jejeje, está bien, tomate tu tiempo.


Cuando pintaba, su rostro mostraba facciones tan vivas, tan emotivas; un ceño, una sonrisa, una mueca, era gracioso, no creía que podría mostrarse tan divertido al pintar y eso me encantaba. Como hubiera querido que mis padres mostraran la misma emoción que yo cuando me sumergía en el arte, en cambio, solo me miraban como si estuviera perdiendo el tiempo.


- Ya está – Sonrió viéndome convencido de que esta vez me encantaría su pintura – Puedes verlo – Se apartó de la pintura, esperando ver mi reacción emocionado. Me acerque y observe el lienzo, lleno de hermosos colores por todos lados...

La Mansión del Difunto Hechicero (Mephilver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora