Las cenizas de una maldición

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 Me aferraba de una de las grandes almohadas de la cama, estando sentado en el suelo junto a Mephiles, escuchando su lectura de uno de nuestros libros favoritos, "La guerra de corazones negros". Mephiles describía una escena de suspenso, casi desmayándome de la emoción al oírlo usar una excelente interpretación de mi personaje favorito, Thiron.


- "Ya sea por puro empeño de tu soldado, no permitiré que vuelva a invadir mi aposento solo por obedecer una orden tuya". Dijo amenazante, acercándose al oído de Thomas para susurrarle lo último. "O ambos perecerán en mi espada por su atrevimiento".


Narro Mephiles, tomando buena voz del héroe que se dirigía hacia uno de los caballeros de otro reino.


- "Que lo sepa muy bien Raymon, ve a decirle". Ordeno, haciendo ademan de orden con su brazo para que se fuera. "¡Largo!". Observo paciente con un rostro molesto al soldado, viendo como marchaba rápido, lejos de la habitación, otorgando así, más calma hacia su morada junto a sus compañeros.


Levanto la mirada con una sonrisa, observándome mientras yo apretaba más la almohada entre mis brazos, esperando que continuara.


- "Deben de ser suspicaces. No permitan de más, incluso a nuestros aliados, ya que cuando menos lo esperemos, tendremos la empuñadura de sus espadas golpeando tras nuestras espaldas, con el filo atravesando nuestro pecho". Se lanzó hacia su sillón, como si fuese el rey y ese su trono. "No tengan dudas, si han de temer, sean valientes y enfréntense, no dejen someter otra vez a nuestras personas, a nuestro pueblo, ellos ya no son nuestros dueños".


- ¡¡Qué gran capitulo!! – Grite emocionado, apretando al almohada a mas no poder – Lo haces tan bien, me imagino todo con sumo realismo – Le entregue mis halagos, ruborizándome demasiado – Otra más, otra más, por favor.


- Jejeje, ya es el tercer libro que te leo hoy. Dejémoslo para otro día – Se levantó del suelo, tomando los libros a su alrededor para dejarlo sobre una mesita.


- ¡No! Por favor, por favor, por favor ¡Quiero escuchar más! Adoro como haces la voz de Thiron – Pedí un poco más, caminando de rosillas sobre el suelo aun sosteniendo la almohada.


- No uso ninguna voz con él, solo la mía – Refuto, girándose a verme confuso.


- Bueno... Si... Por eso me gusta – Confesé, ocultándome tras la almohada – Como sea, hay que volver a buscar alguna manera de salir de esta maldición, si, jejeje, casi lo olvidaba – Busque el pretexto, levantándome y caminando donde estaban mis cosas.


- Silver...


- ¿Si?


- Hay algo que quería mostrarte – Me tendió la mano, y escuchando la seriedad en el tono de sus palabras, fui directamente hacia él, tomando su mano, dejando que me llevara fuera de la habitación.


Los pasos del ente eran lentos y su silencio sepulcral, dejándome ansioso y preocupado por lo que quería mostrarme, caminando tras él, siendo tomado de su mano para que me guiase, viendo su cabellera, tratando de alcanzar a ver su rostro, pero cuando menos lo espere, habíamos llegado a la entrada de la mansión.

La Mansión del Difunto Hechicero (Mephilver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora