¿A qué huelen las buenas chicas?, Alex Bowman nunca quiso descubrirlo, pero ahora ya es demasiado tarde.
Prólogo
Alex
Siento el frío de la pared en mi espalda, pero no voy a apartarme. En mi vida he aguantado cosas peores, y un poco de frío no me va a apartar de mi objetivo, y es cuidar de ella. Los dos estamos sentados en el suelo, su pequeña figura entre mis piernas, y mis brazos rodeando su cuerpo. De los dos, soy yo el que aporta el calor, porque ella está fría, y eso es culpa mía. Estábamos allí por mi culpa, siempre es por mi culpa, y no puedo hacer nada más para arreglarlo. Ahora, mi calor es lo único que tengo para ofrecerla, lo único que ella necesita de mí, lo único bueno que le he dado.
Nunca debí meterla en mi vida, mi complicada y peligrosa vida, pero no pude evitarlo. Hacía demasiado tiempo que nadie provocaba mi curiosidad como lo hizo ella. Nadie me ha sorprendido como lo ha hecho ella, nadie había tocado mi interior de la manera en que lo ha hecho ella, no desde hacía demasiados años.
La aprieto un poco más contra mi pecho, y ella deja caer su cabeza bajo mi barbilla. No puedo decirla que todo va a ir bien, porque ya nada está en mis manos, y me odio por eso. Ella es la única que merece salir viva de aquí, y voy a hacer lo que sea para conseguirlo. Antes de conocerla, la única vida que me importaba era la mía, pero eso ha cambiado. Ahora su vida es más importante, ella es más importante, y no me importa pagar el precio que ese desgraciado ha puesto, porque no son más que cosas, son posesiones, es dinero, y la mayoría están manchadas de sangre.
—¿Tienes frío?.-
—Sólo un poco.-
Está helada, pero ella nunca dirá que se encuentra mal, ella es una superviviente, y está acostumbrada a la vida dura. Yo sólo quería darle lo que necesita, lo que debe tener, lo que merece. Pero la estoy haciendo pagar un precio demasiado caro, un precio que estoy dispuesto a pagar en su nombre.
Sé que ninguno de los dos va a poder dormir, pero no por ello voy a dejar de insistir en que ella lo haga.
—Duerme un poco. Necesitamos descansar para mañana.-
—Lo intentaré.-
Una pequeña sonrisa se dibuja en mi cara, ella es así, no sabe decir que no, intenta complacer a todo el mundo.
Mueve su cabeza, buscando una posición más cómoda, haciendo que el olor que desprende su pelo llegue a mí con fuerza. Ella siempre ha olido bien, pero ahora es mejor, ahora he llenado su baño con productos de buena calidad, productos que cuidan de ella, que le dan lo que todas las mujeres necesitan. Cojo su mano, y deslizo mis dedos por su piel. Ya no está tan roja, está más suave, y estoy feliz de haberle dado eso. Sus manos eran un desastre cuando la conocí, pero ella no se quejaba, solo seguía adelante, trabajando con ellas.
—Alex.-
—¿Sí?.-
—No ha sido culpa tuya.-
Me sorprende cuando hace esas cosas. Es como si tuviese un sexto sentido para detectar las cosas que necesito, como el liberarme de la culpa.
—No estarías aquí si no fuera por mí.-
—No fuiste tú el que lo provocó, él actuó por voluntad propia.-
—¿Intentas hacer que me sienta mejor?.-
—Partirle la cara, haría que te sientas mejor. Yo solo te digo cuales son los hechos que no eres capaz de ver.-
—No es todo tan simple.-
—Yo creo que sí, tú eres el que lo complica.-
Sería tan fácil ver la vida como lo hace ella...A veces pienso, que precisamente por ello me gusta. Tiene ese don de ver la simplicidad de todo, por eso es rápida en encontrar soluciones. Puede que no sean las mejores, pero la llevan al paso siguiente. Ella avanza, siempre avanza. Del pasado, sólo se queda con lo justo. Como ella dice, sólo lleva contigo las cosas que vas a necesitar. Ella no llora por lo que ha perdido, da gracias por haberlo tenido, por haber disfrutado de ello, da igual que sean personas, o cosas, ella conserva el recuerdo y con ello sigue su camino. Y esa es la gran lección que me ha dado. He pasado 10 años aferrado al pasado, cargando con una enorme losa a mis espaldas, impidiéndome ver más allá de mi propio dolor, impidiéndome avanzar como persona. Sí, he conseguido mucho, pero ella me ha demostrado que no sirve de nada. Ha cambiado mi manera de ver el mundo.
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Serie Préstame....
Roman d'amourPara conocer el origen de la serie Legacy no puedes dejar de leer esta serie. Desde los chicos de Miami, pasando por Las Vegas y Chicago, aquí encontrarás las historias de los Di Ángello, Castillo, Vasiliev, Bowman y muchos más.