Durante aquel paseo por el parque estuvimos jugando con nuestras manos como solíamos hacer.
Reímos hablando sobre todo y nada a la vez; me asomé a tu boca, aún sabiendo que no podía besarla, nos quedamos en silencio para ver si el viento nos servía de ayuda para dar el paso que llevábamos tiempo postergando pero nuestra timidez fue más fuerte.
Dieciséis años eran muy pocos para ese entonces, pero ahora me parecen tantos años que si regresase a ese momento me precipitaría con los ojos cerrados hasta tus labios.
Los besaría hasta que recibiese el golpe de caída hasta el suelo.
Sin importar que me hiciese añicos en ese intento de probar tus besos.
Pero ese cartel que llevabas colgado en tu frente me echaba para atrás, era más que una advertencia, era una amenaza directa a mi corazón, porque cada vez que te miraba fijamente leía un: "prohibido enamorarse de mí "
Pero para mi ya era tarde, estaba perdidamente enamorada de ti, hasta los tuétanos; pero tenía miedo de tu rechazo.
El tiempo ha pasado, he llorado y reído tanto, tanto que decidí no tomarme en serio esa amenaza.
Y aquí me Tienes, años después, leyendo el cartel pero sin importar la advertencia.
Ya he pisado el césped en los parques, abierto puertas que no debía, emborrachado hasta el punto de morir, excedido el límite de velocidad, por lo que caeré una vez más enamorada de ti, si es posible.
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Recuerdos paralelos
Randomel efecto Mandela... mis recuerdos, quizás, no serán iguales a los tuyos, pero seguramente conservan las misma esencia. Esta obra siempre permanecerá abierta, tal como el recuerdo y vivencias junto a él. Si te gusta lo que lees, agradeceré tu v...
