Las horas pasaron lentas después de aquel extraño encuentro en el que Burke no podía parar de pensar en Aiden. Ese chico que, a pesar de tener un carácter pesado, tenía algo que lo volvía ciertamente encantador.
Estaba seguro de que su nombre debía ser conocido, aunque era evidente que alguien como Burke jamás lo había escuchado con anterioridad.
Al llegar a casa, volvió a la monotonía, En aquel departamento de quince metros cuadrados. Un cajón cuando pensaba en la casa de sus padres cerca de Berlín.
Sin embargo, no podía quejarse, la idea de independizarse y obtener la maestría valía cada segundo. Después de todo, Donatella siempre lo recibía a la misma hora con emoción, y el espacio estaba bien distribuido.
Parecía un pequeño milagro que él mismo abría decorado, con piezas minimalistas, elegantes y del tamaño adecuado, y que por suerte tenía un baño propio, que, a pesar de ser absurdamente reducido, no tenía que usar las duchas comunales del edificio.
Después de pasar la noche entera haciendo la tarea y de haber cenado un bowl de pasta al pesto, encendió el televisor. Una magnífica pantalla de alta resolución tan pequeña como un espejo colgando en la pared, esperando ver una de esas películas antiguas que tanto le gustaban...
Y vaya sorpresa se dio al ver que el noticiero anunciaba un hecho trágico cerca de su trabajo.
Un brutal asesinato hacia la casera que laboraba en la mansión de Alfred LeClair, un relacionista público de buena familia, conocido en la actualidad por "el caso Lombardi" una noticia a la que Burke no le había prestado la suficiente atención.
No era que no le interesaran las noticias, pero tenía otras prioridades en mente como pagar la renta, el mantenimiento, sacar buenas notas y ver por el bienestar de Donatella.
De pronto, el rostro de Alfred se le hizo ligeramente familiar, tenía el mismo color de ojos que Aiden.
Fue como una gran revelación.
Tomó su teléfono y busco a Alfred, solo para darse cuenta de que en efecto era padre de tres hijos, amante de la ex esposa de Stephano Lombardo y hermano de Florence Volkov, esposa de un influyente político ruso.
Bianca LeClair estaría próxima a casarse con Baptiste Jouvet, quien heredaría la empresa familiar de su padre.
Dominico LeClair, un médico forense que había vuelto desde Mónaco para apoyar a su familia.
Aiden LeClair, cuya carrera de diseñador se vio eclipsada por el asesinato de Gia Lombardo.
Y los medios parecían apuntar a otros sospechosos involucrados en el caso...
Weasley Hemmings, un diseñador gráfico y modelo neoyorkino que estuvo comprometido con Aiden hace tiempo.
Genevieve Gallagher, una de las mejores amigas de Aiden, y hermanastra de la víctima, de quien se dice tuvo una aventura con un periodista cuya carrera estaba más hundida que cualquier otra cosa.
Todos los días nos cruzamos con distintas personas sin saber absolutamente nada sobre su historia personal, y la de Aiden era sin duda una bastante retorcida.
¿Cómo podía alguien tan lindo ser culpado por un hecho atroz?
Más que temor, Burke sintió fascinación por haberse cruzado con alguien como el hijo menor de Alfred, y no hubiese dudado en acercarse a su persona de no ser por la reciente reputación de su guardaespaldas.
Nick Tanner. Un egresado de un colegio militar en los Ángeles, cuya trayectoria lo llevó a ser transferido especialmente a París para la protección de la familia LeClair.
Todo apuntaba al hecho de que no podía existir una posibilidad de salir con él, y que posiblemente Aiden se desharía fácilmente de la ridícula tarjeta de presentación que Burke osadamente puso en su mano con la esperanza de recibir una llamada.
Su monótona vida en la capital francesa ahora se convertiría en un acertijo a resolver.
¿Quién era Aiden LeClair realmente?
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Stalker (Spin-off) : Una historia de Fashion Killer
Teen FictionBurke Hoffman es ordinario y encantador, hasta que se obsesiona con alguna persona que llame su atención. Aiden LeClair era la clase de persona que Burke admiraria desde la distancia, lo suficiente para investigarlo y hacer lo posible por entrar y f...