Incertidumbre

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Hacerse de una expectativa puede ser la peor decisión que puedas tomar. Un beso puede marcar el principio o el final de muchas situaciones, y una acción equivocada trae consecuencias que difícilmente logran remediarse.

Aquel beso había sido sorpresivo, pero la suavidad y la calidez de Burke fue algo que simplemente Aiden no logró evadir.

Debería estar furioso, lo había tomado desprevenido y quizá había sido esa la razón por la que reaccionó muy tarde.

—Esto no es correcto. — Aiden se apartó unos cuantos pasos hacia atrás y evitando el contacto visual con el chico que la que decidió llamar presentador de burdeles.

— ¿A caso besarte es un error? — Burke miró al castaño algo confundido. — ¿Querer una oportunidad para amarte de la forma que mereces?

—¿Tú me amas? — lo interrumpió Aiden arrugando la nariz. — ¿Tienes idea de lo que eso significa? — prosiguió cruzando sus brazos. — ¿Tienes idea de cuánto tiempo cuesta amar con todas tus fuerzas a una sola persona?

Y en medio del silencio Burke no supo reaccionar. Posiblemente Aiden hablaba por Weasley, por su pasado y por aquellas acciones por las que el joven neoyorkino no sentía arrepentimiento alguno.

En ese instante Burke Hoffman sabía que haber ido esa noche había sido un error tan grande como sus sentimientos inexplicablemente fuertes hacia ese joven herido y desilusionado en el que Aiden LeClair se había convertido realmente.— Entiendo.— asintió con desgano, paseando la vista por los muros de la mansión como si buscará algo en especial, a pesar de que solo necesitaba un momento para organizar sus pensamientos. — A veces, tienes que dejar que la vida te sorprenda.— el joven aleman de cabello cobrizo apretó los labios pensativos. —a veces, es mejor aventurarse en vez de vivir a la expectativa, esperando lo mismo, y que con el tiempo se vuelva insípida.

—Puedo asegurarte de que mi vida es todo, menos insípida.—  Aiden respondió con desinterés.

—Pero tus sentimientos hacia Weasley la vuelven algo repetitivo.— Burke insistió con un suspiro.— el amor es como los libros, a veces lees una historia, y crees que es la mejor porque es un clásico, pero llega un momento cuando debes superarlo para comenzar y abrir uno que te sorprenda con su contenido.— Se acercó para tomar a Aiden por los hombros y mirarle a los ojos.— necesitas a alguien que pueda sorprenderte con el paso de los días, no un idiota que te busque únicamente cuando se sienta solo.

Tras aquella oración Aiden sintió una punzada de dolor. Cuando las palabras tienen alguna clase de efecto en nosotros, es porque siempre hay algo de razón en ellas. Cosas que evadimos muy dentro de nosotros mismos.

Y ahí estaba Burke Hoffman, como un caballero dispuesto a correr el riesgo por ganar su aceptación, pero las dudas aumentaron con la incertidumbre de fracasar en el intento de una relación con un completo desconocido.

Pronto llamaron a la puerta, y al recordar que la casera había sido brutalmente asesinada, Aiden se vio en la necesidad de atender y llevarse la sorpresa de ver a Franco Lefebvre de pie frente a su puerta.

Pronto llamaron a la puerta, y al recordar que la casera había sido brutalmente asesinada, Aiden se vio en la necesidad de atender y llevarse la sorpresa de ver a Franco Lefebvre de pie frente a su puerta

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—Vaya ¿A qué debo la sorpresa de tu visita?— el castaño se quedó al borde de la puerta esperando cualquier excusa por parte del sexy marroquí que tanto detestaba.

—Dejé a Genevieve y vine de paso para saber si necesitabas algo.— respondió Franco con cierto consuelo en sus palabras. —sé que nunca fuimos los mejores amigos, pero en momentos como este deberíamos llevar la paz...

Aiden bufo. —por favor, esto ha terminado, Gia Lombardo es una farsante y está con vida.— tenso la mandíbula. —Stephano obtuvo lo que merecía.

— ¿Y que nos espera a nosotros? - Franco ladeó el rostro como si deseara entender más allá de las palabras cargadas de odio de Aiden hacia los Lombardo.

Burke se mantuvo sereno desde la sala principal, pero decidió asomarse cauteloso ante la discusión que mantenían los otros chicos en la puerta.

—Nadie se enteró de eso, y nadie tiene porqué enterarse ahora.— Aiden iba a cerrar, pero Franco interpuso su pie para impedirlo. Un par de Louis Vuitton eran indestructibles.

—Solo digo que alguien puede estar planeando esto ¿O crees que Gia fingió su muerte en vano?

Una pausa incómoda fue suficiente para que las palabras del experiodista retomarán sentido y provocarán en Aiden una ansiedad diabólica.

—presiento que aún no ha pasado lo peor...

Fueron las últimas palabras de Lefebvre antes de apartarse y volver a su flamante Mercedes blanco y deportivo que había aparcado frente a la mansión LeClair.

Y no fue hasta que se marchó que Aiden pudo volver al interior pensando que Burke no había escuchado nada en lo absoluto.

— ¿Quién era?— el chico de cabello cobrizo realmente parecía estar dudoso.

— Nadie importante.— Aiden le restó importancia, y antes de que Burke pudiera hacer más preguntas, solo se lanzó a besarlo como un acto impulsivo. —¿En que estábamos?

Burke Hoffman agrando la vista, pero solo aferró a Aiden tan cerca como fue capaz y su semblante se convirtió en una sonrisa triunfal. Ahora sabía que Aiden ocultaba algo que podía poner en riesgo a todos sus conocidos, y él se convertiría en su consuelo.

Ahora lo tendría como un brillante trofeo entre las manos.

Stalker (Spin-off) : Una historia de Fashion KillerWhere stories live. Discover now