Burke Hoffman es ordinario y encantador, hasta que se obsesiona con alguna persona que llame su atención.
Aiden LeClair era la clase de persona que Burke admiraria desde la distancia, lo suficiente para investigarlo y hacer lo posible por entrar y f...
Caminar por las calles más conocidas de Paris y tomar el metro para moverse de un lugar a otro, es un sueño que muchos desean recorrer, sin embargo, existen rincones hermosos que únicamente los lugareños o los turistas que ven más allá de la torre Eiffel o Notre Dame pueden admirar. El barrio bohemio de Montmartre era sin duda un sitio adecuado para citar a Burke, o al menos eso era lo que Aiden sentía después de permanecer en su burbuja personal.
Algo que no dudo en meditar mientras tomaba el funicular que lo llevara a la sima de Sacre Coeur (sagrado corazón). Una catedral de arquitectura bizantina que se alzaba en el punto más alto de toda la ciudad.
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Pasear por calles empedradas, y admirar artistas callejeros pintar maravillosas obras de arte quizá explicaba por qué grandes artistas como Monet o Dalí se veían atraídos a sitios como ese.
Y decidido tomar algunas fotos de la vista que se expandía en el horizonte, una acción que le obligo a ver sus mensajes, solo para encontrar mensajes de Nick Tanner recriminándole los arranques de rebeldía que tenía hacia su padre.
<<Si tan solo planear un picnic con tu novio fuese considerado algo rebelde>>.
Pero ni siquiera había hecho eso. Aiden era espontaneo, sus planes y sus días eran impredecibles, todo, excepto algo monótono.
En cambio Burke debía manejar sus tiempos, cada minuto.
Muy dentro de sus pensamientos, imagino que Hoffman no se presentaría aquella tarde.
Los minutos a pesar de correr a prisa, parecían realmente una eternidad, y solo por ese pequeño instante se detuvo a imaginar cómo sería la vida de Lance Theron a lado de Wesley.
¿Pelearían a menudo?
¿Sería capaz de abandonarlo?
¿Estarían acostándose con alguien más a sus espaldas?
Todas aquellas dudas lo atormentaban. Una parte de él, lamentaba la idea de no poder dejar de sentir algo más hacia Wes, pero recordar el pasado y descubrir a la rata pelirroja de Brooklyn besando a su ex prometido volvía a hervirle la sangre.
Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por el vibrar de su teléfono.
Y al ver que se trataba sobre Burke, no dudó en responder.
—Burke. — su nombre se escapó entre sus labios con una inevitable sonrisa al pronunciarlo. — ¿Dónde estás?
Hubo una pequeña pausa.
—Lamento la demora, he tenido que pasar a mi departamento después de la universidad, pero ten por seguro que llegare cuanto antes. — Burke respondió con un tono tranquilo y seductor.
—Ho...
Aiden suspiró.
—Estaré ahí cuando menos lo esperes. — aseguro Burke bufando.
