You're cute [TinCan]

Capítulo 5

Narrador

Tenía que salir lo antes posible, tenía que correr, llegar a su casa, encerrarse en su habitación, y no salir en unos 3 o 5 meses, o evitarlo por unas cuantas semanas, así él se olvidaría de él y de las estúpidas cartas, le temía tanto al rechazo o a que todo fuera parte de una cruel broma de su parte.

¿Tin sería ese tipo de persona?

Por supuesto que no.

Pero y si...

- ¿Vas algún lado Cantaloupe? -

Esa voz logró paralizar por completo su cuerpo, sintiendo un escalofrío que recorría toda su columna, paró en seco y alzó su vista con temor.

¡Diablos... !

Frente a él estaba el dios griego de nombre "Tin", parado en el marco de la puerta con una sonrisa del lado.

Sus piernas se sentían como gelatina, y sus manos comenzaban a sudar.

¡Diablos Can debiste ser más rápido!

- Amm... yo... tengo que irme - ni todas las excusas del mundo lograrían que sacarlo de ahí, su lengua se pegaba al paladar y le impedía hablar correctamente.

Tal vez si no se movía, él se iría así como las zarigüellas.

- Tenemos que hablar... - la sonrisa de satisfacción se borró del rostro de Tin, y fue ahí cuando Can trago en seco.

Can comenzó a temblar, sus pensamientos más aterradores se habían vuelto realidad, el estaba ahí listo para rechazarlo, tal vez las cartas pasadas habían sido una broma de su parte, para humillarlo, el quería salir de ahí, el debía salir de ahí, el nudo en su garganta le decía que estaba apunto de llorar.

- Escucha, no es necesario que me rechaces o que digas algo... de verdad yo... - Can sentía dolor cada vez que hablaba, su corazón se rompía poco a poco.

"Aquí viene el rechazo"

- Me gustas - hablo Tin mientras Can seguía mirando al suelo con los ojos cerrados.

- Yo entiendo que te moleste, pero no puedo evitar senti... ¿Qué dijiste? - Can alzó la cabeza lentamente claramente confundido, el nudo en su garganta había desaparecido pero ahora le dolía la cabeza ante tanta confusión.

- Me gustas Cantaloupe - Nuevamente Tin habló acercándose a Can.

- Me tomó 3 semanas descubrir quién eras... - Tin se sentó sobre el escritorio y miró a Can el cual estaba totalmente rojo - La próxima vez trata de no ser tan obvio ¿Quieres? -

- ¿Como? - Can se acercó a Tin bastante curioso.

- Veras... - Tin comenzó a relatar la historia.

Continuará