tres

4K 270 253
                                    

-¡¿Y?! ¿Qué pasó después? ¡Contame!-Se emocionó mi mejor amiga. Estábamos en el medio de una clase, pero no quería esperar hasta el recreo para contárselo.

-Y nada Lu, fuimos a McDonald's y comimos.

-¿No garcharon?-Parecía que me lo preguntaba en serio.

-¡Lucía! ¡Por Dios, no!

-Faaa, que aburrido-Dijo decepcionada.

Estaba sentada de costado, quise sacar mi celular de la mochila que estaba colgada en mi silla, y vi a Matías. Estaba de perfil, mirando la ventana, pensativo. Pobre, todos estos años bancándose mis conversaciones pelotudas con Lu. No me imagino la cantidad de cosas que debe haber escuchado este pibe.

-Nada boluda, me cayo muy bien y la pase piola con él, me alegro mucho de haberlo conocido-Comenté sincera.-Y me pidió el Instagram.

-¡AAAAAH! ¡ME MUERO! A VER QUIERO VERLO-Gritó Lu, desesperada. Mierda.

-¡Wagner y Romano, las estoy viendo desde el inicio de la clase, no pararon de hablar ni un segundo!-Nos puteó el profesor de Historia. Típico.

-Perdón profe, no va a volver a pasar, ya nos callamos-Me disculpé en nombre de ambas, sabía que Lu no iba a decir nada.

-Y sí, por supuesto que no va a volver a pasar, Romano, cambiate de lugar.

-¡No!-Suplicamos al unísono, no podemos separarnos, no puedo estar sin ella y ella no puede estar sin mi.

-Por favor, profe, no vamos a hablar más, disculpe, en serio, no nos cambie, por favor-Le rogué, nuevamente, dejando la poca dignidad que me queda atrás. No me importaba que toda la clase estén de espectadores.

-Ustedes hacen lo que yo digo, Romano, agarrá tus cosas y sentate allá-Señaló un lugar vacío en el otro lado del aula, muy lejos de mi, obviamente. Lu se paró de su asiento llevándose sus cosas y su mochila-Vamos Romano, rápido que quiero seguir con la clase-Aplaudía, apurando a mi amiga. La miré a medida que se iba alejando, viendo su cara de preocupación, me imagino la mía.

El profesor siguió con la clase y con Lu nos mirábamos. Ella por lo menos tenía con quien sentarse, un chico que era nuevo, ni me acuerdo su nombre, y yo estaba sola. Aunque tenía a Matías atrás, estaba solo también, como de costumbre. Podría sentarme con él, ¿Le molestaría?

La clase llegó a su fin y Lu se acercó para decirme que iba al baño y volvía. Yo aproveché para hablar con Matías.

Me di la vuelta en mi asiento y vi que estaba con los auriculares puestos. Le toque el brazo, giró su cabeza y me miró, parecía un muerto. Hice una seña para que se quite los auriculares y le sonreí simplemente, para que no me odie tanto.

-¿Te puedo preguntar algo?-Me miró a los ojos y no contestó, lo tomo como un sí.-¿Me puedo sentar con vos?

Lo pensó mucho, yo esperé su respuesta pacientemente, hasta que agarró sus cosas del otro banco a su lado y las puso en el suyo, y yo feliz y sonriente, lo tomé como un sí también.

Agarré mis cosas de mi lugar y las pasé para atrás, feliz de no estar sola. Pasó el recreo y Lu todavía no había llegado del baño, me pareció raro hasta que la vi entrando al aula con el chico nuevo, hablando animadamente.

Creo que es hora de hacer amistades nuevas, no hablo de dejar de ser mejores amigas, pero estamos todo el tiempo juntas, necesitamos un poco de espacio antes de que nos matemos.

Pero hay un problema.

Me cae mal todo el curso.

Bueno, no todo. Lu me cae bien.

A Matías no lo conozco, podría intentar ser su amiga.

Empezó la clase e hizo lo mismo de siempre, mirar la ventana, dándome un poco la espalda. Iba a ser un poco difícil esto.

Estábamos en Contabilidad, no era mi materia favorita.

-A ver... Candia, pase al pizarrón y resuelva-Le ordenó el profesor Nuñez. Vi su reacción, nunca había pasado al pizarrón, o pocas veces. Abrió los ojos y tragó saliva nervioso. Juntó sus manos bajo el banco.

-No estudié, profe.

-No te pedí que estudies, esto lo vemos todas las clases, pasá al pizarrón-Contestó, levantando el felpón.

-No... no sé cómo hacerlo-Nuñez suspiró y me miró.

-Bueno, eh... Wagner, pasá, dale-Yo me levanté del banco, dudosa. No estaba muy segura.

Hacia lo que estaba en el pizarrón y cada tanto echaba una mirada a las expresiones del profesor, no sabía cómo iba.

Resulta que lo hice bien.

Me di la vuelta para volver a sentarme pero Nuñez me detuvo.

-Wagner, quedate. Candia, vení-¿Qué?

Matías levantó la cabeza y se paró de su silla y se acercó al frente a paso lento, como siempre.

Cuando llegó, el profesor borró todo lo que había hecho yo en el pizarrón.

-Wagner, explícale a medida que lo haces de nuevo-Me puse nerviosa.

Me di la vuelta y nadie de la clase estaba atento a la situación, la mayoría estaba hablando, durmiendo o usando el celular.

Miré a Matías, me estaba esperando.

-Bueno... -Sentí como se acercaba más a mi, debo haber hablado muy bajito.

Se lo fui explicando de a poco y despacio, aclarándole cosas que para mi eran básicas, aunque creo que para él no lo eran, le dije todo, paso a paso. No lo miré en ningún momento.

Cuando terminé, me di la vuelta y el seguía observando lo que yo hice.

-¿Tenés alguna duda?-Le pregunté amablemente.

-No-Me contestó con su voz de muerto y se fue a sentar. Le acabo de explicar por 10 minutos un ejercicio del orto ¿Y así me responde?

-Wagner, podrías ayudar a tu compañero por el resto de las clases hasta que se ponga al día, yo te doy una tarea para que le enseñes-Ni siquiera esperó a que conteste y me dió una hoja con problemas.

Me dirigí a mi banco de mala gana y con mal humor. Me estaba mirando con su usual semblante serio.

Dejé la hoja en medio de los dos blancos, me senté y me crucé de brazos. Lo sentí observándome.

-Gracias-Giré mi cabeza para mirarlo, él estaba con la cabeza gacha.

-De nada-Repliqué.

clase a clase. | matías candiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora