Una dupla excepcional

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Recuerdo que cuando estaba en la universidad formándome como traductor, conocí a una persona que se convertiría en alguien especial para mí (y no, no hablo de una pareja).

Quizá en un tiempo pasado no sería 'normal' que una profesora y un alumno sean amigos o tengan confianza entre ellos. Algunos podrían creer que el respeto se pierde y que el profesor se 'rebaja' al nivel del alumno perdiendo su autoridad. Lo bueno es que ahora no es así, y es más común de lo que parece: ver profesores y alumnos llevándose bien e incluso trabajando juntos. Claro que no todos tienen esa disposición de ser 'amigos' y prefieren mantener su distancia. En lo personal, nunca pude desarrollar un vínculo afectivo con ninguno de mis profesores, eran de esas personas con las que solo puedes hablar en el aula, y cuando te los encuentras afuera están ocupados y no te pueden atender. Es ahí cuando conozco a alguien diferente, alguien con quien pude desarrollar una amistad increíble. Claro que no todo fue bonito al inicio, y quizá debería olvidar aquel suceso porque no es trascendente; sin embargo, debo reconocer que ese hecho marcó el inicio de nuestra amistad, por así decirlo.

Había iniciado el cuatro semestre de Traducción, y sólo faltaba uno más para que mi horario cambiara de mañana a tarde; lo cual sería genial porque podría dormir un poco más. Recuerdo que uno de mis profesores fue Sonia Landa; una persona tranquila, exigente, algo efusiva y muy apasionada por la gramática francesa. Parecía ser un curso más que debía llevar hasta que sucedió algo que me sacó de cuadro.

Estaba afuera del aula con una "amiga" cuando Landa se acerca de pronto. La verdad me dio roche verla frente a mí diciéndome que debía entrar al aula y tanta cosa; parecía una mamá corrigiendo a su hijo pequeño. Al final entré bastante incómodo y fastidiado; apenas habíamos comenzado a conocernos y ya le había puesto la cruz por lo que sucedió.

Pasó el tiempo, y ya nunca más supe de ella, hasta que llegué al último semestre. Ya a puertas de terminar la universidad y ser un desempleado más, solo podía escoger entre ella y otra profesora para un curso. Sin pensarlo dos veces, elegí a Landa porque ya la conocía y sabía cómo trabajaba en clase. Puedo decir que a partir de entonces, nuestra relación tuvo un matiz diferente. Me di cuenta que Landa tenía una forma de ser muy particular; divertida y muy amena, claro que sí se enojaba se notaba a kilómetros. Por momentos sentía que hablaba con mi mamá y no con una profesora, y es que se parecen en algunas cosas: ambas me motivan a ser cada vez mejor, y tienen un afecto especial por mí.

En algunas ocasiones pude ayudar a Landa en tareas pequeñas, como editar documentos o hacer una traducción de rutina. En realidad, fueron más trabajos de edición que de traducción, y es porque soy más diestro en ello. Ahí es donde ambos notamos que podríamos formar un gran equipo, ella usaría toda su experiencia ganada a través de los años, y yo usaría toda mi juventud y capacidad para aprender rápidamente el uso de nuevas tecnologías.

Las clases habían terminado, la universidad había terminado, pero la comunicación con Landa seguía vigente. Sentía que iba convirtiéndome en un gran aliado para ella. Éramos algo así como la canción de Arjona: "una amalgama perfecta entre experiencia y juventud". Tanto así que ya había confianza entre nosotros, claro que el respeto siempre estaba presente. El hecho que podamos ser amigos no significaba que ella dejara de ser mi profesora; y aún lo es porque sigo aprendiendo de ella. Algo que siempre tengo presente es que uno nunca deja de aprender, así hayas llegado lejos, siempre habrá algo por descubrir.

Sonia Landa es una gran persona, siempre apoyándome y motivándome a ser mejor. Nunca olvidaré lo mucho que hizo por mí, nunca me dejó a un lado o me consideró una posible competencia. Al contrario, me extendió la mano y me ayudó a empezar esta gran aventura en la traducción. Es lindo saber que hay personas como ella, dispuestas a ayudarte aun en medio de un mundo tan competitivo y egoísta. Después de todo, somos un buen equipo, somos una dupla excepcional.

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